1. Confidencias 27 Increíble cuarteto


    Fecha: 01/11/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... piezas cada uno y yo ninguna, la nevera se estaba llenando, empezaron a recoger los aparejos, yo no quería hacerlo, me sentía ofendido porque los peces se me resistieran. Rubén bajó a la cabina a buscar unos refrescos, se sentaron cerca de mí y me observaban. -No te lo tomes como una cosa personal, todo es cuestión de suerte Oriol, otro día seremos nosotros los que no cojamos pieza. No se reían para no molestarme pero sentía que tenían ganas de hacerlo al ver mi cara de niño consentido al que se le negaba lo que quería. -Id preparando vosotros la comida y yo me quedo con Oriol hasta que decida dejarlo. Alberto y mi primo desaparecieron con mucha prisa, se estaba retrasando la comida y todos teníamos hambre. David se colocó a mi lado pasando el brazo por mi cintura. -Además de no pescar te vas a quemar la piel, ahora el sol calienta demasiado y lo refuerza la brisa marina. Se inclino para besarme en el pelo. -Tú pelo quema amor, déjalo, seguiremos a la tarde. ¿A qué viene tanto empeño? Le miré frustrado y me pegué contra él. -Está visto que nadie me quiere, ni los peces que son tontos. Soltó una carcajada tan estruendosa que Rubén asomó la cabeza para saber qué pasaba. Me abrazó y me retiro la caña de las manos, la deposito en el banco y comenzó a besarme la cara. -No digas eso ni en broma, todo el mundo te adora, ¿notaste como Alberto se excitaba con solo tenerte abrazado? Me aparté lo que me dejó para mirarle suspicaz. -¿Te diste cuenta? ¡Oh! Lo siento David. Me abracé a él ...
    ... para ocultar la cara que la tenía roja, por el calor y el sofoco de saber que había notado como se encontraba Alberto. -No pasa nada, es normal estando a tu lado. Se separó y se tocó el bulto que lucía en su bañador. -Mira, a mí también me pasa. Sonreía con picardía provocadora. Y volví a abrazarme a él. -¡Oh! David, te adoro. No pudo responderme, la voz de mi primo nos reclamaba para que fuéramos a comer. No sé quién le prepararía la comida pero no había un bocado que no supiera a gloria, alas y muslos de pollo frito, medallones de pescado blanco rebozado, ensalada, parecía un banquete de sabores deliciosos aunque también influía el hambre que teníamos y el movimiento sin parar de la mañana. Sobraba la mitad de la comida, también la bebida aunque bebieron varias cervezas, demasiadas, hasta Rubén bebió dos latas. Recogimos lo sobrante devolviéndolo a las cestas y sacaron termos de café y té. Me sentí muy a gusto mecido por el suave movimiento del mar y me tumbé en uno de los asientos corridos laterales. Alberto y David hablaban sentados mientras bebían en el banco de enfrente, mientras mi primo, tumbado igual que yo, apoyaba la cabeza sobre las piernas de Alberto. Creo que me adormilé o perdí la consciencia de lo que pasaba a mi alrededor. Abrí los ojos, David se había trasladado a mi lado, Rubén mordía el bulto del pene de Alberto sobre el bañador, y este tiraba la cabeza hacia atrás mordiéndose el labio inferior. Moví la cabeza para mirar a David desde abajo, tenía la vista ...
«12...789...»