Confidencias 27 Increíble cuarteto
Fecha: 01/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... quitarse el pantalón y la camisa. Estaban los dos para fotografiarles y eso era lo que hacía Rubén, dejar constancia de sus espectaculares y viriles cuerpos sudados. Hicimos lo mismo que ellos pero nosotros nos cambiamos a la vez y le pedí a mi primo que me extendiera la crema protectora o terminaría achicharrado más por la brisa que por el sol. Navegaron durante una hora de un lugar a otro, surcado lentamente la lámina de agua que apenas se movía, era un día tranquilo de mar sin olas, y la brisa era suave aunque nos alborotaba el pelo. Encontraron el lugar ideal según ellos, para detener el barco, recoger las velas y tirar el ancla. Desconozco el criterio que seguían pero ese era el lugar idóneo donde pescaríamos. Preparaban las cañas sin prisas, disfrutando de lo que hacían y discutiendo entre ellos. Otros barcos pasaban cerca aunque no se distinguían los rasgos de las personas que los ocupaban. No tenía la más ligera idea de cómo se podía manejar una caña de pescar salvo lo que había visto a algún ocasional pescador, y en el cine o la televisión. Intenté varias veces lanzar el anzuelo como los veía hacer a ellos sin conseguir que llegara más allá de unos dos metros. Veía la mirada condescendiente de David y en parte me irritaba no poderlo hacer como ellos, hasta Rubén resultaba ser mejor que yo. Alberto dejó la suya en el soporte y se me acercó por detrás, me abrazó sujetándome las manos deslizándolas a los largo de la caña para que colocara las mías donde debían estar. ...
... -Déjate llevar y no hagas fuerzas, vamos a probar despacio. Lo primero que sentí con el primer movimiento fue su pecho caliente apoyado en mi espalda, lo segundo la dureza de su miembro en mi culo a través de las telas de los bañadores, se había excitado al tenerme así abrazado. A cada intento fallido David dejaba escuchar sus risas acompañado por Rubén. -Perdona, es mejor que lo dejemos. Me soltó y dio un paso hacia atrás. -¿Te has cansado de ayudarle? Escuché la irónica voz de David burlándose de él. -Puedes hacerlo tú también, seguro que Oriol lo prefiere. A pesar de lo que decía Alberto no se retiraba más, es posible que pensara que se le notaría el bulto si se daba la vuelta. -Venga, continúa no me reiré más de vosotros, además tú lo sabes hacer mejor. Volvió a pasar los brazos para repetir el lanzamiento y la dureza no había disminuido. Resultaba inevitable el roce, algunas veces muy fuertes a causa de los movimientos. -Perdona Oriol, es totalmente involuntario. Hablaba en tono muy quedo cerca de mi oído. Más o menos consiguió controlar el deseo y su polla se fue aflojando, ahora todo resultaba más natural y su enseñanza estaba dando resultado, consiguiendo de mi que el anzuelo llegara más lejos, lo suficiente para que se sintiera satisfecho y me dejara. La mañana estaba resultando muy bonita, perfecta si no hubiera sido por ese incidente que lo abochornó sin motivo, a mi me encanto sentir su deseo, y su abrazo, y el roce de nuestros cuerpos. Habían pescado un par de ...