El traumatólogo y sus amigos fiesteros - Relatos Eróticos

El traumatólogo y sus amigos fiesteros

... apenas salía uno de mi cuerpo, ya entraba otro. Mi boca estaba también dolorida por tenerla todo el tiempo abierta y comiéndome pijas…Sentía las vergas que entraban en mis orificios ya muy inundados de semen y hacían unos ruidos graciosos, como si estuviesen escurriendo algo dentro de mí.Así me estuvieron cogiendo entre todos durante al menos seis horas. En un momento que estaba de espaldas sobre un hombre con su verga enterrada en mi culo, cuando sentí que una segunda pija dura intentaba penetrar también mi ano. Jamás había experimentado algo así y esas dos pijas juntas en mi recto fueron algo increíble; me calentaron al máximo y acabé en un orgasmo intenso mientras estaba siendo doblemente sodomizada.Un rato después llegué al punto en que ya había perdido la sensibilidad; apenas sentía las pijas penetrándome, era como si estuviese anestesiada.Cuando comenzó a oscurecer, varios hombres fueron retirándose. Cerca de la medianoche solamente quedaba Roberto y uno de sus amigos íntimos, otro bisexual como él, con el que tenía sexo cada tanto.Roberto me dijo entonces que me dejarían ...

... descansar un poco mientras se dedicaban ellos a lo suyo. Yo me quedé tirada en el sillón con las piernas abiertas, dejando salir semen de mis dos orificios. Apenas podía moverme. Ellos se fueron a la cama y Roberto se acostó boca abajo, ofreciéndose a su amigo.Me levanté haciendo un gran esfuerzo, ya que me dolía todo el cuerpo y me costaba un poco caminar derecha… Me encerré en baño, mientras Roberto comenzaba a gemir sintiendo la verga de su amigo que le iba penetrando.El ruido de la ducha acalló sus gritos y por fin pude disfrutar del agua caliente para lavar todos los restos de semen de mi cuerpo. Después de vestirme salí del baño. Roberto me estaba esperando ya vestido y solo; su amigo ya se había ido también.Roberto me preguntó si estaba bien, pero mi débil sonrisa le dijo que estaba exhausta de tanta pija. Me llevó de regreso hasta mi casa y antes de permitirme bajar de su auto insistió para que le chupara la verga una última vez.Me bajé escupiendo semen y escuchando a mis espaldas a Roberto diciendo que la próxima semana reuniría a otros quince amigos muy deseosos de conocerme…