1. mi historia favorita


    Fecha: 13/10/2017, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Masturbación Autor: lasconi1, Fuente: xHamster

    ... así quedamos. - y me marché con la cabeza aún dando vueltas por lo que acaba de pasar.Hace tiempo, recordaba a ver visto en la tele, una entrevista que le hicieron a una señora en programa nocturno, donde ella aseguraba que usaba el semen para muchas cosas, como jabón para lavarse el pelo, como crema de manos, etc. Evidentemente, su marido no podía abastecerla con leche infinita para todos los usos que ella le daba, y comentaba que a veces amigos y vecinos le daban la suya en pequeños recipientes y botes para que ella lo usara. Cuando el presentador le preguntó, y te lo bebes?, ella respondió que sólo el de su marido.Yo deducía que esta mujer, hacía algo parecido, usaba el semen de varias formas, además de para bebérselo. Debía sentir algún tipo de fetiche o excitación con él, era toda una seminfómana, si es que existe ese término. Incluso supongo que no era yo sólo, sino que tenía una serie de chicos a los que iria llamando cada varios días para que le dieran su semen, y poder satisfacer así sus necesidades diarias. Lo que ya era el colmo del morbo es que lo hiciera delante de amigas y nos compartiera con ellas. Eso significaba que eran varias mujeres las que disfrutaban de esto y nos usaban como juego, y como alimento. La verdad, me ponía malísimo todo aquello, y no dejaba de darle vueltas a lo que habría querido decir con que tenía una cena el sábado. Fué duro aguantar desde aquel miércoles hasta el sábado sin masturbarme con la excitación que me tenía encima, ...
    ... recordando una y otra vez mi descarga de leche en los cafés de las dos mujeres, pero entre duchas frías, y buscando distracciones cada vez que me calentaba, conseguí no tocarme.El sábado, sobre las cuatro de la tarde, recibí su llamada y me citó para las nueve y media de la noche. Al hablarme de cena, me arreglé un poco más. Pantalón negro, camisa, bien peinado, etc. Cuando llegué a su casa, me recibió como siempre, con una amplia sonrisa, y tras los dos besos de rigor, me acompañó al salón.Allí se encontraban ya cenando tres mujeres más en una media edad que rondaría entre los 30 y los 45 años creo yo. Estaban sentadas dos frente a dos, contando el sitio de la anfitriona que estaba vacio por estar a mi lado. A juzgar por los platos de pasta de la mesa, debían ir por el primer plato. Tras presentarme a sus amigas, que me saludaron sin levantarse, se dirigió a mi y me explicó:- Mira, nos vas ayudar con el postre - dijo señalando un cuenco con fresas que estaba en el extremo de la mesa justo a nuestro lado. - puedes quitarte los pantalones y dejarlos allí - señaló una silla - y a ver si consigues regarlas bien, que somos cuatro y muy golosas - a lo que todas rieron.Me dirigí hacia el sofá y me quité los zapatos, luego los pantalones, y por últimos los boxers, hasta quedarme desnudo de cintura para abajo en aquel comedor. Al darme la vuelta, la anfitriona ya había ocupado su lugar en la mesa y la velada se retomaba tras mi llegada, así que las cuatro mujeres se pusieron a charlar y ...
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