mi historia favorita
Fecha: 13/10/2017,
Categorías:
Fetichismo
Sexo con Maduras
Masturbación
Autor: lasconi1, Fuente: xHamster
... otra mujer sentada, de mediana edad, pelo cobrizo, e igualmente elegante luciendo un traje de pantalón y chaqueta beige. A su lado, reposaba una bandeja con galletas y dos tazas de café aún humeantes.- Mira, te presento a mi amiga - aunque evitó dar nombre alguno - había preparado un café, pero no tenemos leche, y bueno, he pensado que igual la tuya nos hacía más dulce el café. - La amiga solo sonreia mirandome.- Eeeeh, claro - dije más rojo que un tomate por la situación.- Ok, pues cuando quieras, la puedes ir preparando...Y dicho aquello, la anfitriona se sentó de nuevo con su amiga y prosiguieron hablando. Yo bajé mis pantalones y calzoncillos hasta los tobillos, y comencé a masturbarme junto a ellas, que ya estaba terriblemente duro e hinchado. La mujer del pelo cobrizo, lanzó una mirada furtiva para admirar mi polla, y luego prosiguió hablando con su amiga. La verdad es que aunque no estaban mirándome, era deliciosamente morboso y erótico estar allí masturbandome al lado de aquellas dos mujeres, agitando mi pene para producir la dulce leche que me habían pedido. Para eso me habian llamado.- Ah, me voy a correr - les avisé. Ambas, que ya tenían sendas tazas de café en sus manos, las dirigieron a la punta de polla. Apunté al café de la señora del pelo cobrizo e instantes después un chorro de semen salió disparado cayendo en el centro de su taza, y se hundió en el café, pero pronto se extendió como una mancha blanquecita que se diluía en el oscuro líquido. Otro chorro ...
... salió e impacto contra la taza, pero un poco más al borde, la mayoría se escurrió hacia dentro de la taza, pero una par de gotas se deslizaron por fuera hasta llegar a los dedos que la sujetaban. Giré mi pene apuntando al vaso de mi amiga, la dueña del piso, y varios chorros más fueron saliendo, ahora ya más líquidos y con menos fuerza, pero que igualmente comenzaron a cambiar el color del café a medida de ambos líquidos se mezclaban. Una espesa gota colgó de la punta de mi pene y lo apreté más hasta que cayó en su taza. De nuevo volví a girarme hacia la taza de la mujer desconocida de pelo cobrizo, y sacudí mi pene regalandole las últimas gotas de mi corrida.Cuando terminé, la anfitriona, dejó un momento su taza en la bandeja plateada que tenía en la mesita y cogió mi pene para limpiar sus restos con la boca. Lo chupo de forma bastante intensa durante un par de minutos, estrujándolo bien para sacar todo lo que pudiera quedar. Su amiga mientras se llevó a la boca sus dedos que se habían manchado con mi semen y los relamió.Cuando terminó de larmeme la polla, la anfitriona se levantó, y me invitó a que la acompañara a la puerta para despedirme. Al salir del comedor, su amiga se despidió con un adios, y al girarme para devolverle el saludo, vi como tomaba un sorbo del café con mi semen diluido. Ya en la puerta, la mujer se dirigió a mi:- Gracias, me has salvado la tarde. El sábado posiblemente tenga una cena en casa, te puedo llamar?- Si, creo que lo tengo libre - respondí- Ok, pues ...