1. Cautiverio: día 2


    Fecha: 05/11/2018, Categorías: BDSM Sexo en Grupo Tabú Autor: coleccionista, Fuente: xHamster

    ... pidiendo piedad.Samanta estaba aterrada observando todo, las piernas le temblaban. Cuando uno de los hombres se colocó detrás del colgado y agarró sus glúteos el hombre con traje se acercó a ella, junto a la mujer enmascarada.-Quiero que mirí atentamente, pues eventualmente nuestro amigo encadenado tendrá que explotar… y ahí vai a estar tú, lista para poner la boca. Y cuando eso pase tu besaras a esta amiga de aquí y le pasaras toda la leche, sin que derramí ni una gota.Samanta tragó saliva y miró a la enmascarada y notó recién que donde debía estar su boca había un cierre, y el hombre de traje lo abrió, dejándole ver sus labios rojizos y gruesos. Eran hermosos.Mientras tanto, el encadenado se quejaba cada vez más fuerte, pues ya habían empezado a penetrarlo por su ano, mientras otros le tocaban la erección y él insistía en decir “no”. El hombre que estaba violándolo entonces acabó, lo embistió fuertemente un par de veces y se retiró, dejando salir varias gotas de semen, que sonaron en el suelo pegajosamente. El encadenado sollozaba cada vez más, y otra vez se quejó cuando el siguiente hombre comenzó a penetrarlo en reemplazo.-Es hermoso, ¿no? –preguntó el hombre de traje. Samanta sintió un escalofrío y volvió a mirar a la mujer enmascarada. Respiraba agitadamente, y podía notar sus pezones sobresaliendo en su delgado vestido-. Estate atenta, pero por ahora… ayúdame un poco.Y el hombre de traje señaló hacia abajo. Se había bajado el cierre de su pantalón, y su pene estaba ...
    ... ahí, grueso y largo, pero flácido.-¿Cómo? –dijo Samanta.-¿Cómo que cómo? ¿No aprendiste nada anoche? Quizá no fueron suficientes golpes.-¡No! Perdón… -dijo Samanta, no quería más golpes.-Entonces agáchate y cumple tu función de mujer. Yo te aviso cuando nuestro amigo colgado vaya a explotar.Samanta obedeció. Se puso de rodillas frente al hombre y llena de asco y dudas sostuvo su pene con su mano, para luego llevarlo lentamente a su boca. Sin embargo, a medida que empujaba el prepucio con sus labios al meterlo y sacarlo de su boca, el sabor que sentía no era aquél nauseabundo que imaginaba. Lo cual, dentro de lo horrible de la situación, era algo bueno.Aun así, no sabía qué hacer, ella sabía del sexo oral, pero nunca había visto ni oído como se hacía, asique lo único que estaba haciendo era chuparle el pene al hombre como si fuese un helado, apenas usaba la lengua, solamente sus labios, metiéndolo y sacándolo, mientras de a poco éste empezaba a agrandarse.-Así, así –decía el hombre-. Mójalo más, con la lengua. Oh…. Sí. Así.Pasaron unos cuantos minutos solamente, en los cuales había estado chupando y chupando, mojando cada vez más aquel pene que entraba y salía de su boca, cada vez más profundo, cuando le tomó el pelo y le tiró la cabeza hacia atrás.-Anda pa’llá, solo quedan dos en la fila. Chúpaselo y acabalo.Samanta se paró, limpiándose con su antebrazo el mentón, por el cual corría un hilo de saliva y líquidos pre seminales. Tenía calor, le sudaba la frente, y sentía la espalda ...
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