1. Manuela (07)


    Fecha: 06/11/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... en cada cintarazo que Jericó lanza a la espalda, el culo y los muslos, penetramos ambos a su mujer. Mi polla tiesa y dura ocupa la mayor parte de una boca babosa que mama sin parar, mientras el marido-mujer empuja el consolador en un metesaca que parece encantar a Consuelo. Hace ya unos minutos que la peruana está follando a la rubia cuando me corro soltando un río de leche. Consuelo tiene un orgasmo largo, gritón y muy movido que la lleva a desplomarse en el suelo. Jericó se sienta en una de las sillas y se masturba rapidamente, con furia, con los ojos cerrados. Es en este momento cuando aprecio su atractivo: bajita y delgada, muy morena de cabellos y piel, ojos oscuros achinados, sin apenas pechos, con caderas redondeadas y depilada por completo. Se corre dando un verdadero alarido y tras descansar y encender un porro me dice lo siguiente: "suponía que follaríais en algún momento. No me duele, pero tampoco me hace gracia. A todos los efectos Consuelo es mi mujer y no quiero que haya otros hombres rondándola. Si quiere sexo se lo vamos a dar tu y yo juntos, a la vez, pero una vez que os marcheís dentro de unos días se acabó para siempre, ¿de acuerdo?". "Sí, por supuesto" Se pone en pie, atrae hacia sí a su pareja y termina diciéndome: "ah, no te equivoques, a mí no me gustan los hombres. Ni se te ocurra tocarme y el chocho de mi mujer sólo lo uso yo". MIentras tanto la rubia se ha arrodillado ante su marido y lleva unos minutos lamiendo su coño con gran suavidad. Yo ...
    ... empiezo a acariciarle el culo y el coño desde atrás. Está empapada. "¿Quieres que juguemos con Luis?, a lo mejor le gusta o le descubrimos nuevos horizontes". La frase de Jericó significa que minutos después estoy a cuatro patas sobre el sofá lamiendo el sexo de Consuelo, que sujeta mi cabeza con fuerza, mientras su mujer-marido penetra mi culo con un vibrador impregnado de vaselina. No me gusta. Me excita una lengua jugando en mi culo, incluso que me introduzcan algún dedo, pero lo del aparato largo y grueso como si de una polla se tratara me da mal rollo. Supongo que Jericó se está vengando de alguna manera, no puedo zafarme de ella y su aparato entra cada vez más dentro mientras Consuelo me dedica algunos adjetivos: "maricón, niñita comecoños; sigue chupando, no pares, puta lesbiana; lamechochos, culoabierto". Me excito, seguramente con el deseo de terminar con el jueguecito en mi ano y cuando la rubia se arrodilla ante mí para masajear el cipote con sus tetas gloriosas, tardo poco tiempo en correrme pringando la cara de mi futura pariente. Me quito el vibrador del culo con cierta aprensión mientras las dos mujeres se montan un mojado y ruidoso sesenta y nueve que las deja adormiladas y abrazadas en el suelo. Después alguna vez me ha penetrado mi mujer con un consolador. Sigue sin gustarme demasiado y, desde luego, se me han quitado las ganas de probar con la polla de un tio. Las tres semanas transcurren rápida y gozosamente, en especial cuando Charo nos hizo su anuncio: "estoy ...