1. Mi mamá me mima IV


    Fecha: 06/11/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: xavimysk, Fuente: CuentoRelatos

    Tres semanas “TRES” aguantado aquel suplicio. Tres semanas en las que mi impaciencia fue en aumento día tras día. Aquello había sido como entrar al paraíso y conocer todo lo bueno podía ofrecerte para que acto seguido te echasen a patadas. La primera semana fue la peor ya que al disponer de tanto tiempo libre era difícil no pensar en mi madre y el sexo con ella, luego las clases comenzaron nuevamente y con ello la rutina que hizo algo más llevadera la larga espera. Las mañanas se pasaban rápido en la universidad y conseguían tener mi mente ocupada hasta llegar a casa a las tres de la tarde, allí me esperaba como siempre mi madre con la mesa dispuesta solamente para mí. Aquellas primeras horas de la tarde eran las más difíciles de llevar ya que eran las que ambos pasábamos en soledad con lo que la tentación era mayor. A partir de las 6 o 7 de la tarde la paulatina llegada del resto de miembros de la familia hacia cualquier tipo de contacto imposible con lo que la tentación disminuía y resultaba mucho más fácil para mí concentrarme en el estudio. Un día de la segunda semana de clases al llegar a casa mi madre me esperaba como siempre con todo dispuesto para mi comida, pero esta vez a diferencia de lo que acostumbraba se sentó a la mesa conmigo. -¿Pasa algo mamá?- Pregunte mirando a su bonita cara en la que se dibujaba una sonrisa. - Sí nene, hoy me ha bajado la regla- Me contesto separándose ligeramente su silla y abriendo sus piernas me mostro unas bragas, para nada sexis, ...
    ... señal inequívoca de que tenía el periodo ya que de otra forma no acostumbraba a vestir ropa interior en casa. -¡Genial mamá! Esto… y ahora… ¿Cuánto más tendremos que esperar? - He comenzado ya con la píldora y en cuanto termine con el periodo seré toda tuya cariño. -¿Y cuánto va a ser eso? Pregunte con vergüenza. -Jajaja eres un crio. Otros tres o cuatro días- Contesto guiñándome un ojo. Aquellos últimos días fueron los peores. Saber que la recompensa estaba tan cercana disparó mi libido por las nubes y no veía el momento de poseer a mi madre. Pasaron los días y como no podía ser de otro modo no fueron tres sino cuatro los días para mí mayor desesperación. Aquella última mañana en la universidad fue una mañana pérdida para mí. No pude concentrarme en toda la mañana y no me entere absolutamente de nada en ninguna de las clases. Cuando, por fin, llegue a casa abrí la puerta y entre a toda prisa. La comida estaba servida como siempre pero no la hice ningún caso. Me deshice de todos mis bártulos en mi habitación y avance por el pasillo en busca de mi progenitora y mi anhelada recompensa. -Hola mamá, ya estoy en casa. Por el pasillo me llegaba la voz de mi madre que parecía tener una conversación. -¿Qué demonios?- Pensé -Estoy en mi habitación cariño. -Llegue a su habitación y la encontré asomada en la ventana ligeramente inclinada hacia delante y con los codos apoyados en el pequeño alfeizar. Aquella ventana daba al patio de luces del edificio y era evidente que mi madre estaba de ...
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