Internet y sus relaciones VI
Fecha: 04/09/2017,
Categorías:
BDSM
Masturbación
Sexo Duro
Autor: Escritordebondage, Fuente: xHamster
... otras cosas, para evadirse de la ansiosa necesidad de llegar al orgasmo. Pensó en su madre, la renombrada cirujana Jimena Ortíz, y en su padre, Fernando Sánchez, flamante subdirector de una importante compañía de análisis financiero; incluso pensó en su hermana Sara, tan responsable, tan inteligente,... ¿Qué pasaría si llegasen a descubrir lo que estaba haciendo? Les daría un síncope, sin duda. Todo aquello era una locura, lo sabía... pero no podía evitarlo. Y menos ahora que había conocido al Sr. Sotogrande. Ahora no había marcha atrás...Sus manos comenzaron a enjabonar su cuerpo, deteniendose demasiado tiempo sobre sus tetas, sobándolas, estirando sus endurecidos pezones... ¡Dios, qué cachonda estaba! Sus gemidos eran cada vez más urgentes, su respiración más agitada. Se alzó de puntillas hasta recibir el chorro de agua procedente de uno de los eyectores sobre su henchido clítoris. ¡Qué gustazo! Se iba a correr como una bestia...Lo siguiente que supo es que se había abierto la mampara de la cabina y una mano fuerte le había aferrado el pelo. El Sr. Sotogrande la estaba arrastrando hacia la habitación, su cuerpo chorreando y moviendose con torpeza.¡Zorra estúpida! –gritó el Sr. Sotogrande, abofeteando su cara- ya te enseñaré yo a obedecerme.¡Perdón, Amo! ¡Perdón, Amo! –suplicaba la joven, mientras el Amo tiraba de ella hasta doblarla sobre uno de los brazos del sofa.¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! Los azotes caían sobre sus blancas y húmedas nalgas con una intensidad y una virulencia ...
... terrible. La pobre chiquilla lloraba y gritaba de dolor.¡Sucia perra! –exclamaba el Sr. Sotogrande, mientras descargaba una nueva lluvia de cachetes sobre el culo de su sumisa.No, por favor, Amo, no me de más –lloraba y suplicaba Ruth¡Y tu querías servirme! ¡No eres más que una perra inútil!Por favor, Amo. No volverá a ocurrir. Perdoneme, por favor.El trasero de la joven aún recibió cuatro buenos azotes antes de que el Sr. Sotogrande diese por concluído el castigo. Sus nalgas habían adquirido un color rojo intenso que contrastaba con el blanco de su mojada piel.Ve al baño a secarte y vuelve en seguida –ordenó el Amo.Ruth se incorporó despacio, gimoteando y con la cabeza gacha dijo:Perdoneme, Amo. Siento haberle desobedecido. Estaba tan excitada que no he podido resistir la tentación de masturbarme.Tu entrenamiento consiste en eso, en aprender a controlar tus necesidades si tu Amo así te lo ordena. Debes entender que los deseos que importan son los de tu Amo y no los tuyos. Tu eres una sumisa, debes ser consciente en todo momento de tu posición y de que tus salidas de tono serán encauzadas con una ferrea disciplina.Lo entiendo, Amo. Y le pido perdón por mi comportamiento.Está bien. Ahora ve a secarte.Sí, Amo.Ruth fue al baño, tomó una toalla blanca de las varias que había apiladas en una repisa y secó cuidadosamente su cuerpo, siendo especialmente cuidadosa al ocuparse de su dolorido trasero. ¡Qué estúpida había sido! Tenía bien merecidos los azotes, pensó mientras aplicaba el ...