L.S.D. y los mosqueteros
Fecha: 17/11/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... acariciarme por encima del pantalón, y que no se notase mucho. De vez en cuando deslizaba mi mano hacia la pierna de D’artagnan, que disimuladamente se retiraba y hacía como si se colocase la manta, mientras con la pierna, mas disimulado. no sé por qué lo hacía, instintivamente, sin malicia. Pero de repente me sentía muy excitada, y me apetecía locamente follar. Esperaba que alguien hiciese algo, o me tendría que... De repente Aramis se movió, y al moverse la manta pude ver como su verga tensaba la tela de sus pantalones. D’artagnan estaba igual porque hacía ya rato que una de mis manos se había colado por dentro de su ropa. Aramis se levantó. En ese momento no me parecía sexual. Eran mis amigos y después de todo, hacerles unas pajas no era para tanto. Yo solo quería que se quedasen para que alguno calmase mi calentura. Fui desabrochando el pantalón, y cuando lo hice, el se incorporó para facilitarme que sus pantalones callesen hasta los tobillos. El de D’artagnan tenía cinturón, y me costó un poco más, pero tenía práctica. Allí estaba yo, con las resplandecientes pollas de mis amigos en la mano haciéndoles unas pajas. D’artagnan tocó mi mano y entonces un escalofrío delicioso recorrió mi cuerpo al ver lo que estaba haciendo. Cada uno me rozaba casi sin querer, uno en una pierna, otro en la cabeza... Yo estaba realmente caliente, y buscaba esas caricias moviéndome. A veces les miraba a la cara, y me ponía como una moto al imaginar lo que estarían pensando. Me acerqué a ...
... Aramis y lo besé muy dulce en los labios. Luego a D’artagnan, y me dispuse a quitarles las camisetas. Primero uno y después el otro, besando sus pechos desnudos. Cuando los tuve desnudos se levantaron y me senté en el sofá entre ellos. Empezaron a desnudarme, primero la camiseta, y después el sujetador, cubriendo con sus besos y caricias cada cm de piel que descubrían. Me acostaron en el suelo y siguieron y mientras uno me besaba, el otro me quitaba el pantalón y las bragas, acariciándome. Besaron mi cuello, el vientre, los muslos, los pechos, los labios... Uno de ellos separó mis piernas y empezó a recorrer mi sexo de arriba abajo con su lengua, mientras mi otro amigo devoraba mis pezones, apretándolos entre sus labios. Cuando estaba a punto de correrme se pararon y cambiaron de lugar. Sentí unos dedos que entraban en mi, mientras unos labios apagaban mis gemidos y sus manos seguían acariciándome. Les pedí que parasen, porque yo también quería jugar, y sentando Aramis en el sofá me arrodille entre sus piernas de forma que el otro pudiese penetrarme desde atrás. Empecé muy despacio, jugando, pero cuando D’artagnan me introdujo la suya tan despacio y llegó hasta el fondo, metí la polla de Aramis en la boca de una vez. Estaba disfrutando muchísimo con el calor de aquellas vergas tan ricas que mis amigos tenían. Aramis acariciaba mi cabello mientras gemía al sentir mi lengua bailando sobre su sexo. D’artagnan, por su parte, me la metía una y otra vez con un movimiento lento y ...