1. Un buen vecino


    Fecha: 14/10/2017, Categorías: Dominación Hetero Autor: Fernán, Fuente: CuentoRelatos

    Trabajo por la tarde, y por la mañana me dedico a poner al día otras tareas, por lo que raramente salgo de mi casa. Como vivo solo, no tengo problemas de horarios ni compromisos. De vez en cuando organizo alguna salida con mis amigos, pero como la mayoría están casados, resulta complicado organizar reuniones con mujeres y ligar con alguna de ellas. Hace un tiempo, un compañero de trabajo, sorpresivamente terminó alquilando un departamento en mi edificio, para ser exactos en el quinto piso. Y allí se trasladó con su esposa, a la cual yo no conocía. Cuando lo encontré casualmente en el ascensor me sorprendí. Luego de saludarme y de reírnos de la casualidad que hacía que viviéramos en el mismo edificio, se corrió y me presentó a su esposa que estaba detrás de el en el elevador. —Fernán, te presento a Felicia —dijo pasando su brazo por encima del hombro de su mujer. —Mucho gusto —dije manteniéndome imperturbable, con mucho esfuerzo. No podía creer el bombón que tenía delante mío, 1,65 mts., cabello largo castaño, ojos verdes, con anteojos de esos de moda, sin embargo tenían algo de aumento, una espalda recta y amplia, dos pechos medianos pero notoriamente firmes, una cintura estrecha, y unas caderas redondas, estéticamente perfecta. No quise seguir mirando para que no se notaran mis pensamientos. —Ya que somos vecinos cuenta conmigo para lo que necesites, vivo en el tercer piso —dije dándole la mano. —Me alegro de conocer a los compañeros de mi marido —dijo tomando mi mano y ...
    ... acercándome su mejilla para que la besara— y no va a faltar oportunidad de pedir tu ayuda para conocer el vecindario —dijo sonriente. En ese momento el ascensor llegó a mi piso y bajé, quedando en encontrarnos en otro momento. Intenté ponerme a trabajar, pero no pude. La mujer que acababa de ver me dejó impactado. ¿Por qué siempre las mujeres más lindas la tenían los conocidos? Con toda la desilusión comencé despacio a retornar a la rutina. Pero esa noche soñé con ella y acabé sin siquiera tocármela, tal era el morbo que me producía. Ricardo, trabajaba por la mañana en otro lugar, saliendo bien temprano y Felicia por su parte, se iba a trabajar a media mañana, volviendo a media tarde. Una mañana volvimos a coincidir en el ascensor, cuando Ricardo se iba a trabajar, yo iba al banco, y Felicia de compras. Tenía un pantalón leggin ajustado y una blusa violeta algo escotada y al llegar a planta baja, dejé que salieran primeros, y caminé detrás de ellos viendo su hermoso culo como se bamboleaba sugestivamente. Sentí que ese cuerpo era para mí inalcanzable. Una mañana, temprano tocaron el timbre de mi departamento. Yo estaba en mi compu trabajando, con una bata puesta y sin nada debajo. Al mirar por la mirilla la veo a Felicia. Inconscientemente, mi sexo pegó un salto. Abrí la puerta. —Hola Felicia, que sorpresa. ¿Qué te trae por aquí? —Estaba con su leggin y su blusa violeta. —Disculpa que te moleste, pero acompañé a Ricardo hasta abajo y ahora cuando quiero entrar a mi departamento, ...
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