Satanica
Fecha: 22/11/2018,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues
... compras para volver a cenar, que no me preocupara porque ellos la traerían y que me habían dejado merienda en el refrigerador. Me levanté algo aturdida, directamente a tomarme un café. , luego cuando comía algo noté que me picaba la vagina, recordando que había tenido sexo con un animal y aún no me lavaba, por lo que me desnudé ahí mismo en la cocina para ir a bañarme apenas terminara de comer, que pese a tener bastante hambre no lo comí todo y entreabriendo la puerta que da al patio posterior le tiré las sobras al perro. No pudiendo evitar el nuevamente reírme al recordar lo que le había dicho en la mañana, producto de lo cual al apretar el vientre con las carcajadas escurrió algo de semen del chivo que probablemente quedaba en mi útero. Recordé la intromisión del perro con mi sexo a mi llegada y manteniendo sujetada la puerta a una abertura de unos 10 ó 12 centímetros acerqué ahí la pelvis y el perro dejó de lado lo que estaba comiendo para ir a meter su hocico resoplando como condenado con su nariz contra mi vagina. , ese aliento caliente hizo erizar mi piel y erectar mis pezones, no dudando yo en acortar esa distancia lo que el animal aprovechó para con su lengua dar alcance a mi almejita saboreando sus jugos mezclados con restos del semen del chivo. Las cosquillas eran tales que terminé por soltar la puerta dejándolo entrar y yéndome a sentar a una silla para dejarlo que me lengüeteara a piernas abiertas. , lo cual hizo por alrededor de 6 minutos arrancándome un par ...
... de orgasmos que me hicieron muy bien. Me sentía como poseída, endemoniada, algo diabólica. , en mi mente me cree la idea de que Belcebú no necesariamente tenía que materializarse en un chivo. , si mi perro era totalmente negro podía también poseerme como representante de él. , y cual perra en celo me bajé a cuatro patas en el piso ofreciéndole mi sexo con el culito bien paradito, lo que él pareció entender perfectamente y en el acto comenzó a tratar de montarme, sorprendiéndome su efusividad y las ganas que ponía en ello. Se me subía por atrás y aferrándome muy fuerte de las caderas me jalaba acercando su pelvis a mi entrepierna dando lentos enviones e intentando apuntarle a mi sexo, pero ese y el segundo intento no estuvo ni cerca pues su pene quedaba a varios centímetros. En la tercera montada se tomó de más arriba y afirmándome de la cintura su cosa hizo contacto con uno de mis glúteos y aceleró sus movimientos frotando su pene en él por algunos segundos para muy pronto bajarse a lamer su semi-desenfundado aparato, un rojo, puntiagudo y delgado pedazo de carne el que más que pene parecía un lápiz labial. , casi igual de grueso que el del chivo y aparentemente más corto, pero él se veía más empeñoso y ansioso por tener sexo ya que no había ninguna perra en celo cerca que lo pudiera estimular. Había una especie de protuberancia que quedó dentro de su funda, que parece era lo que no había dejado desenfundar totalmente su aparato. , pero muy pronto se puso de pie para venir ...