1. Satanica


    Fecha: 22/11/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues

    De como una jovencita por querer hacer brujerias para realizar una venganza, termina conociendo la zoofilia. Este es mi primer relato..., no es mi historia pero lo cree con mucho cariño.... Espero que les guste.... Era yo una jovencita muy pálida y delgada, por lo cual fui víctima de bulling por un grupo de compañeras de la escuela, a las cuales trataba de no tomarles asunto e incluso de ser su amiga, pero eran tan crueles que finalmente crearon odio en mi corazón para con ellas a medida que pasaban los años, comenzando a crear en mi mente una forma para vengarme de ellas. Fue tanto el odio que hasta pensé en brujerías para hacerlas sufrir a cada una de ellas, e investigando en internet llegué a la conclusión que debía convertirme en bruja para poder lanzarle hechizos a estas enemigas mías. Dándose el caso que en la misma web me uní a un grupo exclusivo de mujeres que aseguraban ser brujas y después de ciertas pruebas aceptaron que fuera a sus reuniones para convertirme en una de ellas. Obviamente me advirtieron que debía ser una esposa de belcebú y debía renunciar a Diós, pero mi sed de venganza era tanta que no me importó eso. Empecé a ir a las reuniones que periódicamente hacían, en donde me vieron que era una jovencita aún evidenciándo mis 16 años y dudaron mucho en aceptarme, pero a finales de cuenta viendo el convencimiento que les demostré de lo que quería hacer me dijeron que si. Fueron enseñándome unas lenguas extrañas y algunos conjuros, hacían una pequeña fogata ...
    ... en el centro en la cual a medida que iban echando conjuros lanzaban azufre y otros polvos que se inflamaban produciendo humo de distintos colores. Y luego de casi cuatro meses de preparación me indicaron que debía prepararme para mi ceremonia de iniciación, que por ser yo aún virgen que si bien me masturbaba todavía no había sido penetrada por un hombre sería algo especial, un tributo a belcebú. Pero para ello debía pasar una noche fuera de casa y debía contar con el consabido permiso, pero como justo esa semana estaría de cumpleaños inventé la historia de que saldría a celebrármelo con unas amigas y no tuve mayor problema con mis padres. Si las reuniones de brujas eran por las noches siempre llegaba a casa, algo tarde pero llegaba y como eran los viernes no me hacían problema pues el sábado no había escuela. Pero esta vez sería una noche completa y en las afueras de la ciudad, nos subimos 10 a un furgón que condujo una de las mismas y partimos rumbo a ese lugar secreto, que luego de hora y media de viaje salimos de la autopista a un camino de tierra entrando a un bosque, al que a medida que nos íbamos internando se hacía más tupido y obscuro. Hasta que divisamos a lo lejos entre los troncos de los árboles una fogata, que luego de una curva nos topamos con un pequeño claro en donde estaba esta, frente a una cabañita con un establo a su costado. Se detuvo el vehículo antes de entrar al claro y todas se comenzaron a desnudar indicándome que debía hacer lo mismo, pues para pisar ...
«1234...»