1. Pacto entre primos


    Fecha: 23/11/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pantalón del pijama y me lo puse sin quitarme la toalla. Eran unos pantalones cortos, minúsculos, de algodón y muy ceñidos, tenía tres del mismo corte pero de distintos colores, el de hoy era de rayas azules y verdes. Entonces llegó el momento de darle algo más a aquella cámara que me estaba grabando, me quité la toalla. Mis pechos lucían preciosos delante del espejo, eran muy redondos y aunque no muy grandes, sí que se notaba que estaban duros y firmes, con unos pezones medianos y una areola un poquito más pequeña que lo que le correspondería a aquellos pezones, además estaban totalmente bronceados, pues a pesar de haber estado en la playa con el sujetador del bikini, había metido muchas horas en la terraza de mi habitación tomando el sol totalmente desnuda. La situación de sentirme observada de aquella manera, me volvió a excitar, y decidí que había llegado el momento de dejarme llevar, ya no veía sentido a seguir haciendo "sufrir" a mi primo, comencé a masturbarme, primero por encima del pantaloncito, mirando a la cámara, asegurándome que grababa aquello que era más interesante, cuando aquella prenda de algodón quedó empapada por mis flujos, me la quité y seguí aplicándome los dedos a la entrepierna, estaba sola en casa, así que gemía y gritaba sin reprimirme lo más mínimo, prácticamente fue simultáneo el sonido de la puerta de la calle y mi último gemido. Me limpié cuidadosamente mi conchita, eché el pantaloncito a la ropa sucia, me volví a enrollar en la toalla y salí ...
    ... hacia mi habitación. Me puse otro pijama, que era exactamente igual, lo único que cambiaba era el color, en esta ocasión las rayas eran rosas y grises, y la camiseta de un rosa fucsia que favorecía mi bronceado y mi pelo castaño, no me puse nada debajo de estas dos prendas. Cenamos, a mi primo se le salían los ojos de las órbitas viendo como mis pezones marcaban claramente a través del algodón rosa. Al terminar me fui a la cama, tenía ganas de que empezara el espectáculo. A los dos minutos ya estábamos colocados en los mismos puestos que la noche anterior. El espectáculo fue prácticamente el mismo, pero esta vez sí, esta vez la expresión que tenía la cara de mi primo cambió, estaba realmente satisfecho y exaltado. Cuando terminó de pajearse volví yo a mi habitación y esperé a que saliera del despacho, pero no salía, así que volví a la ventana, mi primo estaba empezando a pajearse otra vez, y yo volvía a estar a cien, pero esta vez no quería hacérmelo yo sola, así que salí al baño, para alejarlo del ordenador, y lo conseguí, cuando salí del baño mi primo ya estaba en el salón tumbado en el sofá viendo la tv. Le dije si podía tumbarme con él en el sofá y me tumbé delante de él. Mi culo quedaba a la altura de pene, y se iba excitando por momentos, lo podía notar perfectamente a través de su fina bermuda y mi fino pantaloncito, sin dudarlo más comencé a mover mi culo frotándole su pene, miré atrás y la cara que vi, era una mezcla de sorpresa y felicidad, bajé su bermuda, y él ...
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