Por amor a la familia (Día Cuatro: parte 1)
Fecha: 23/11/2018,
Categorías:
Transexuales
Incesto
Autor: lesliefer, Fuente: CuentoRelatos
... cuando termine toda la labor, me vi al espejo, estaba hermosa, pero algo faltaba. Me levante y fui a la habitación de mi tía, necesitaba accesorios, pero yo no tenía las orejas perforadas, sin embargo, recordé que con frecuencia le veía a mi tía aretes de presión, así que busque entre sus cosas y encontré unas arracadas de plata con esta característica. Me las coloque y enseguida un collar que también estaba ahí, y finalmente, unas pulseras. Me levante y regrese a la recamara de las chicas, cada paso era un taconazo que excitaba más el momento, tome una bolsa del perchero y me coloque frente al espejo, ahí estaba, una obra de arte, una chica perfecta, cualquiera que me viera se sentiría atraído, era increíble lo femenina que yo me veía, mis piernas eran torneadas por el ejercicio, pero largas, la delgadez de mi cuerpo hacia que el talle del vestido quedara perfecto, mi angosta espalda hacia equilibrio con el corte del vestido que me hacía lucir unas hermosas caderas, la imagen era absolutamente perfecta, estaba tan metida en admirarme que no note que el teléfono estaba sonando nuevamente. Ya eran alrededor de las 7pm, decidí caminar por la casa, a pesar de haberlo hecho toda la semana, hoy era diferente, transpiraba sensualidad, me movía despacio, con elegancia, esos tacones hacían que mi cadera se contoneara, la piel suave de mis piernas tocándose entre si, el aroma a la crema que había usado tan linda. recordé la ropa interior que tenía ya días en el patio, fui por ella, y ...
... pensé en que era momento de comenzar a recoger todo el desorden que había hecho. Subí a la recamara dispuesta a hacerlo, pero cuando vi el ventanal que daba a la terraza no pude resistirme, tenía que mostrarme, ya no era suficiente hacerlo dentro, necesitaba ser vista. Salí a la terraza y me senté con cuidado en la silla, crucé mis piernas coquetamente mientras veía a la gente pasar por la calle, pero esta vez nadie me veía. Entonces me entro nuevamente el miedo, esta vez estaba sobria y no tenía aquel valor que el alcohol me había dado la vez pasada, así que entre otra vez a la casa, vi el cuarto desordenado y pensé que mejor mañana lo recogería, así que baje a la cocina a comer algo, cuando iba bajando las escaleras, el teléfono sonó nuevamente, ya era demasiado, debía ser algo importante, así que corrí, los tacones resonaron nuevamente, llegue al teléfono y conteste, era mi tía. “hijo, te he estado llamando todo el día” yo le conteste que no había estado hasta ahorita, pero lo que me dijo, me dejo totalmente congelada: “ya llego tu tío? Salió desde la mañana” un nudo en la garganta me impedía hablar con normalidad, por qué habría de llegar mi tío? Cuando llegaría? A qué hora salió? Todas estas preguntas me llegaban inmediatamente a mi cabeza, mientras sentía un malestar de miedo en el estómago, el sudor frio en contraste con un calor en el cuerpo. Con dificultad le conteste: “n…no, por qué? Paso algo?” Tenía ganas de colgar y correr a quitarme todo, y recoger todo lo que ...