1. Inocencia (Re-pub)


    Fecha: 23/11/2018, Categorías: Primera Vez Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    Desde que te vi en el micro, sentada junto a tu mamá, me quedé prendado, lo sabes, ¿verdad?Tu obvia belleza; la complexión fina de tu cuerpo y cara; la suavidad evidente de tu piel y esa pequeña boquita tuya me atraparon la mirada.¿De qué conversaban ustedes dos? No lo sé, pero mi atención se volcó totalmente en ustedes, o mejor dicho en ti.Supongo que lo notaste pero te lo digo de todas maneras, no dejaba de ver tu reflejo en el espejo del chofer todo el rato, tratando de que tu mamá no se diera cuenta, claro. Temí que me creyera un pervertido. Yo mismo me sentí pero... Pero es que tú te me antojabas.No iba a abordarte estando tu mamá presente, ¡claro que no! Lo que sí es que puse atención en dónde se bajaron. Bajé poco después y las seguí. Fue así que supe donde vivías.Pocos días después, no dejé de frecuentar tu calle periódicamente, esperando que salieras de tu casa sola, sin la compañía de tu mamá o alguien más. Eso tardó un rato, vaya que tardó, pero la verdad me tenías atado. Por las noches no dejaba de pensar en ti y le daba vueltas a lo primero que te diría. No sabía cómo abordarte.Por fin, cuando finalmente tuve la oportunidad, lo primero que me salió preguntarte fue tu edad. Me habrás tomado por un tonto, de seguro, pero sólo así podía darme cuenta de que contabas con la que creía adecuada para poder entablar una relación contigo. Tal vez me recuerdes un tanto nervioso, si bien traté de controlarme, pero todo tu cuerpo, toda tú me ponías así, vibrante, deseoso ...
    ... por tocarte. Y no sólo lo digo físicamente sino que quería sentirte en el fondo, en tu personalidad. Saber bien de qué estabas hecha.Lo que pasó más adelante no puedo calificarlo menos que como los mejores días que había vivido junto a mujer alguna.Sé que nuestros pensamientos eran distintos; nos llevábamos algunos años. Distábamos de gustos, sin embargo por ti fui a ver esas películas infumables y melosas, no me importó. Hasta te regalé música que yo jamás hubiese escuchado de ninguna otra manera. Y los peluches; no sé qué le dirías a tu madre sobre quién te daba todos esos obsequios, o cómo los conseguías, pero agradezco que no se enterara de mí.La primera vez que nos besamos... ¿sabes? Fue lindo, como acariciar una flor pétalo a pétalo, tratando de no estropearla. Tus besos fueron tan suaves e inocentes. Tan naturales. Envolverte toda tú, todo tu rostro entre mis manos era maravilloso.Y la primera vez que aquellos labiecillos tuyos tocaron mi verga... ¡uy, qué rico! La mera verdad, te confieso, sentí venirme de inmediato, pero aquello hubiese estado muy mal de mi parte. Aguanté dolorosamente, no tanto por no pecar de precoz, sino porque mancharte en ese período se me hacía una total deshonra. Ya llegaría el momento, lo sabía, pero no en ese día.La primera vez que tus delicados labios tocaban aparato masculino alguno, la primera vez que tenías falo ante ti, debía ser especial. Un momento gustoso, re-evocable y digno de regocijo; no algo mundano, ni repugnante. Tú, chiquilla, ...
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