Inocencia (Re-pub)
Fecha: 23/11/2018,
Categorías:
Primera Vez
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... individual...” Algo así dijiste y yo reí de tu ocurrencia.Cómo disfrutamos aquella tarde.Tercera etapa: Para este momento ya había franca interacción sexual entre nosotros, aunque sólo se limitaba a lo oral. Yo no me introduciría en tu intimidad más deseada, sino hasta llegado el momento. Te metía lengua en el hueco virginal, eso sí, y tú me lo mamabas ya con bastante habilidad. Con eso tenía por el momento.Para esos días, ya aventajabas a tus compañeras en muchos aspectos, y no hablo sólo del sexo, pues eras notablemente más listilla que cualquier otra.Mientras más conversábamos más notaba tu crecimiento, ya no hablabas con la simpleza de antes.Las conversaciones sobre cómo estuvo tu día; sobre aquél pesado maestro o aquella maestra insufrible, eran ya de una persona adulta; capaz de hacer una crítica con razonamientos coherentes y no sólo emociones. Oírte era totalmente disfrutable, gozoso. Y no sólo porque conversábamos mientras hacíamos el sexo, sino porque nos gozábamos en más de un aspecto. Era des-estresante para ambos tenernos el uno al otro, por lo menos así aún lo creo.Podíamos darnos el gusto de disfrutarnos físicamente, a la vez que yo te brindaba algún consejo de cómo resolver cierto proyecto, y así fuiste, la más de las veces, la cabecilla del equipo escolar más aventajado de tu generación; la chica del cuadro de honor por excelencia. Me sentí orgulloso, déjame te digo con total sinceridad.Para ese tiempo ya me atrevía a hacerte chupetones en todo el cuerpo, ...
... aunque sin descuidar que no fueran del todo evidentes. A ti no te importaba rasguñarme y morderme, maliciosa gatita en celo (como te decía en aquel tiempo).Qué rico cachondeábamos y nos revolcábamos desnudos en la cama, sin necesidad de penetración. Tu cuerpo era tan habilidoso que no había necesidad de ello.Cuántas veces me vine entre tus muslos, después de habérmelos cogido friccionando mi pene entre ambos. Fue realmente hermoso, pese a que a ti te daba repulsión el que te dejara embarrada (“!Giugh... qué asco!”, me gritabas y yo reía, reventando mis últimas energías, pues me dejabas exhausto). Yo, en cambio, disfrutaba dejar aquello que era nada menos que mi propia semilla secar entre nosotros para, después, y ya al separarnos, percibir cómo nuestra piel adherida se despegaba.Cuarta etapa: Por fin había llegado el momento. Luego de platicarlo y llegar a un acuerdo, aceptaste que me viniera en tu boquita. Cosa que reconozco, a ti te daba aversión, así que te lo agradezco enormemente, pues sabía muy bien sobre las nauseas que originalmente te causaba; pero para mí era importante hacerlo.Como te dije, para mí era un acto de gran significado entre nosotros, pues así te compartía mi semilla, parte viva de mi propia vida que te depositaría para que tú tragaras. Yo formaría parte tuya así como tú ya formabas parte de mí. Ese sería nuestroacto de comunión.Luego de eso, ambos sabíamos lo que tenía que proceder: Por fin te introduciría mi apéndice en tu hueco íntimo de muchacha ...