Él tenía 12 años, y le decían "culón" 2°da Parte
Fecha: 27/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: obramaestra, Fuente: SexoSinTabues
... caminamos lo que quedaba de la tarde, y como hacía calor, eso fue lo que le generó ese aroma que estaba saboreando. No me daba asco, me excitaba, me excitaba su edad, su piel, todo en él. Le pedí a Matias que se quitara la camiseta, para poder apreciar mejor su cuerpo, lo hizo sin problemas, veía la luz azúl de la luna, iluminando su cuerpo brilloso, digno de un lampiño con 12 años recién cumplidos. Sentí que le comenzaba a salir el líquido preseminal, pero como no quería quedarme sin la oportunidad de volver a disfrutar de sus nalgas, no quice hacerlo terminar en ese momento. Así comencé a subir con besos y lamidas por su pubis, pasando por su barriguita, su ombligo, llegé a sus hermosos pechos, tiernos, y llegué a su cuello. Cuando iba a besarlo en la boca, cerró sus labios, y con su cabeza hizo el gesto de "no". Eso, a diferencia de la primera vez en donde me dio ternura, en ese momento me enojé un poco porque ya creía que había un poco de "confianza". Pero decidí seguir, mientras le besaba el cuello, fui girando hasta colocarme a su espalda. Me quité rápidamente mi camiseta y mi short sin dejar de besarle los hombros, y comencé a bajar recorriendo toda su retaguardia hasta llegar a esas pompas maravillosas. Mi cara estaba pegada a sus pompas, y mi boca y nariz recorrian toda su raja. Tentía un olor raro, era a transpiración o algo, a diferencia de la primera vez donde "lo comí" recién salido de bañarse, Con mis manos lo tocaba todo, por debajo de sus piernas pasaba mi ...
... mano derecha que le masturbaba su pene, y con mi mano izquierda recorría su pecho y me gustaba tocarle su pubis suaves, sin vellos. Le pedí que se acostara boca abajo sobre el piso de la terraza, me dijo que no porque estaba muy sucio. Le pedí que se ponga de perrito, me dijo que no porque le iba a doler las rodillas. Lo convencí poniendo nuestras camisetas y shorts debajo de sus rodillas para que "acolchonaran" su peso. Entonces, ahí lo tenía por segunda vez. Ese hermoso manjar, un morocho hermoso, de 12 años recién cumplidos, con un púbis y unas nalgas pálidas, que hacían honor a la frase "donde no le pega el sol". Una maravilla, me encontraba arrodillado detrás de él, viendo ese panorama, con mi pene que apuntaba a ese precioso ano rosado. No aguanté más, me posicione con mi pene apollado en su "entrada". Me escupí disimuladamente en la mano y le pasé mi saliva por el ano, y por mi pene. Lo agarré de su cintura y precioné fuerte, mi pene había entrado por completo en su personita. Él se encorvó para atrás, tirando su cabeza para atrás, mirando hacia las estrellas que se comenzaban a ver en la noche jóven de la ciudad. Hacía calor, pero a veces había una brisa que nos refrescaba. Comencé el "bombeo", mi pene llegaba lo más profundo que podía, mis bolas depiladas (porque practicaba natación), estaban en contacto directo con sus pompas. Era hiper excitante el sonido del "splash" que se generada en cada bombeo. Mi pene en su ano, mis bolas en sus nalgas, mis piernas apoyaban a ...