Una gran despedida de soltera
Fecha: 01/12/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Peli, Fuente: CuentoRelatos
Me sentí realmente dichosa cuando Nuria, mi querida hermana mayor, acepto al fin que la acompañara, junto con sus mejores amigas a participar en la desvergonzada fiesta con que celebraría su despedida de soltera. Yo había cumplido los dieciocho años hacia tan solo unas semanas y, a diferencia de mi hermana, que ya llevaba algunos años trabajando en la capital, apenas había salido del pueblo. Lo cierto es que casi nunca salgo de copas sola, pues como soy guapita, sin falsa modestia, enseguida tengo que apartarme los habituales moscones de encima. No es que defienda mi virginidad a capa y espada es, simplemente, que no hay ningún chico en el pueblo que me atraiga lo suficiente como para permitir sus manoseos. Con los dos jóvenes con los que empecé a salir tuve que cortar por el mismo motivo, porque en cuanto me dejaba besar y acariciar con cierta facilidad ya querían llevarme a la cama; y yo, con ellos, la verdad es que no quería llegar tan lejos. Quizás sea por eso que tengo fama de chica estrecha y reprimida entre los muchachos de mi edad. También por eso me hizo ilusión ir de fiesta solo con chicas, para variar, dispuestas a reírnos de los hombres todo lo que hiciera falta. Las amigas de mi hermana vivían todas en la capital, y eran la mar de divertidas, sobre todo una, delgadita y provocativa, que apenas se separaba de mí y que iba a conseguir que me doliera la barriga de tanto reír. Durante la cena ya nos dejaron entrever que habían preparado meticulosamente toda la ...
... divertida velada, incluyendo la visita a un striptease de chicos. Yo, con una vaporosa minifalda y un reducido top estaba casi tan radiante como mi hermana, cuyo wonderbra se las veía y se las deseaba para contener toda la carne que amenazaba con escapar por el generoso escote de su ajustado vestido. Las demás vestían más o menos por el estilo, dejando bien a las claras que esa noche nos disponíamos a ser las reinas indiscutibles de la ciudad. Durante la copiosa cena en el restaurante italiano bebimos mucho más alcohol del que estoy acostumbrada a tomar, y las numerosas copas que consumimos en los diversos locales que recorrimos durante aquella noche no contribuyeron a mejorarlo precisamente. Por eso cuando llegamos a la sala del striptease la que más y la que menos estábamos ya bastante borrachas. La gran sala estaba abarrotada, y he de reconocer que había motivos, pues los tres guapos y musculosos chicos que bailaban sobre el escenario eran de lo más impresionante; aunque a uno de ellos se le notara una cierta vena amanerada. Todas nos arremolinábamos como gallinas en celo al pie de la pasarela cada vez que uno de ellos iniciaba algún sensual desnudo, peleándonos como fieras cuando se acercaban a nosotras para introducir algún que otro billete dentro de sus abultados slips. Sobre todo en el de un negro inmenso, cuyo monstruoso aparato casi le llegaba a la mitad del muslo. Recuerdo que fue en mitad de una de estas actuaciones, siendo las únicas luces del local las de los focos que ...