Agustina y Agustín
Fecha: 02/12/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos
... dos horas, para ver cómo estaba y si necesitaba algo hasta que, el domingo, le dije que el médico me indicó que ya estaba bien, por lo que el próximo sábado seguramente nos veríamos. Ese lunes, fui nuevamente a ver a la ginecóloga y me dijo que aparentemente estaba embarazada por lo que no tomase pastillas anticonceptivas, sino que me cuidase utilizando preservativos, por lo menos durante un par de semanas más. No podía creerlo por lo que, destrozada, esa noche no jodí con él cuando apareció a cargar gas, algo que le extraño por lo cual insistió en que le diga que me pasaba pero yo no largue prenda, eso hizo que se fuese cargado de dudas, ya que no solo no nos vimos dos sábados seguidos sino que además no jodiamos durante las cargas. Cuando salí de la estación de servicio y conecté el teléfono, porque por seguridad en ella no se puede emplear, vi que tenía tres llamadas y siete mensajes de él por lo que lo llamé y le dije que estaba todo bien que no se preocupase, cosa que le repetí cada vez que hablamos por teléfono o que me vio en la estación de servicio. El sábado cuando nos vimos, fuimos a cenar, esta vez en un restaurant, le conté que aparentemente con la maratón de sexo que habíamos tenido el otro día había quedado embarazada. Él casi pega un salto de alegría y me dice “Gracias por no dejarme utilizar preservativo, finalmente seré padre”. Yo no podía creer que me dijese eso, pero cuando vio mi cara de desconcierto y me lo repitió creí morirme de felicidad y le ...
... pregunté si era consciente que un niño necesita de su papá y de su mamá y que por ende debíamos vivir juntos, a lo que me respondió que por supuesto que él era conocedor de ello y que por ende su alegría era superior pues no solo me había conocido sino que tenía una excusa para que recorriésemos juntos un trecho del camino de nuestras vidas. Al sentirlo decir eso no pude contenerme y dándole un beso le pedí que dejásemos la comida y fuésemos a su casa a coger, algo que no pudo dejar pasar, por lo que llamó al mozo, pagó y agarrándome de la mano me llevó a los trompicones hasta el coche para haciéndome subir, correr hasta el lugar del conductor, arrancar y partir raudamente hacia su casa. Yo no me aguantaba de felicidad ni soportaba la calentura que la situación me provocaba por lo que no bien salimos del estacionamiento comencé a acariciar su pija por sobre su pantalón, sintiendo como la misma crecía con cada caricia, hasta que no aguanté más y bajando el cierre de su pantalón la saque y agachándome empecé a chupársela. Creo que su calentura era similar a la mía porque a las pocas cuadras sentí como su verga se endureció, todo él se tensó y salieron chorros calientes de semen de la misma, chorros que golosamente tragué y luego se la continué chupando para que ni una sola gotita de leche quedará en ella. Hecho esto le mostré como no quedaba, en mi boca, nada de su semen y sonriéndome colocó su mano derecha sobre mi pierna izquierda y la hizo subir hasta mi conchita, para al llegar a ...