Emilio (Tarde-Noche)
Fecha: 04/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... estaba claro. Y el también se quedó mirándolo. Álvaro se dio cuenta; y bajando la voz, mientras las mujeres se entretenían con Clara, la nieta de Rosa, que se había caído y estaba llorando… Le dijo... - Vive en Madrid, como tú. Se llama Cesar y viene a atender el chiringuito de su hermano casi tos los años. Creo que tiene 31... ¿Cuantos tienes tu? - 23, contestó... Santiago escuchaba, no decía nada; y procuraba que las mujeres siguieran distraídas… pero, llegó el pedido; y Cesar colocó la fuente de pescaítos fritos y los refrescos en la mesa. Luego, regresó a la barra a por servilletas, que se le habían olvidado. Y Entonces, Emilio, que ya se había comido el bocata, aprovechó el momento y se despidió de ellos. - Bueno, creo que voy a seguir con mi paseo. ¡Que la pasen bien, señoras! - ¡Venga!, que te diviertas, dijo Santiago - ¡Adios! - ¡Adios! - ¡Hasta luego, niño!, dijo Álvaro Ya había oscurecido y empezó a subir por una calle estrecha y llena de curvas. Al llegar a cierta altura, la luna le llamó la atención. Era una hermosa luna llena. Espléndida. Se sentó en uno de los polletes que bordeaban la calle y se quedó mirándola tranquilamente. Hacía buena noche. Casi, hacía calor; y estuvo en un tris de quitarse la camisa. Pero no lo hizo, porque tenía que volver sobre sus propios pasos. Sabía que pasadas las doce le esperaban en el chalet de Pepe. Callejeó durante un buen rato hasta llegar a la zona en la que le habían dicho que vivía y, enseguida, dio con la casa. Tenía la ...
... luz de la puerta encendida; y en el buzón del correo podía leerse el nombre de los propietarios. No llegó a llamar, porque se dio cuenta de que la puerta de la verja estaba entornada. Así que, entró en el pequeño jardín y subió los tres escalones hasta llegar a la entrada en la vivienda. Ahora, si apretó el botón para que sonara el timbre… Pepe no tardó mucho en abrir - ¡Hombre!, Emilín...¡pasa, pasa!… ...¡que puntual! Efectivamente. Sin que Emilio se lo propusiera, había llegado puntual a la cita nocturna. Le hizo pasar hasta el fondo del salón, y salieron a la piscina... A la derecha, Pepe se había hecho una pequeña barra de bar, de madera, y la tenía iluminada con un foco amarillo y otro verde. La acompañaban cuatro taburetes. - Creo que me voy a poner un gin tonic, dijo Pepe... ¿tu quieres algo? - ¡Bueno, ponme otro!, pero con muy poca ginebra ¡eh!. ¡Por cierto!, ¿que ginebra tienes? Pepe miró en el estante de abajo - ¡Larios, Tanqueray y Beefeater! - Que sea Beefeater - La tónica es Schweppes, ¿te vale? - ¡Perfecto! Luego, encendió las luces de la piscina; y, de repente, el agua se iluminó y mostró el fondo azul y los escalones de acceso, blancos. Los focos situados en las paredes laterales, a unos treinta centímetros del fondo, conseguían un efecto tal, que el agua invitaba a meterse. Sin embargo, la zona con césped era escasa; y quedaba atrás, junto a la tapia, sin apenas iluminación. - ¡Como me gustaría darme un baño!, dijo Emilio.. - ¡Pues hazlo, chiquillo!. ¡Que es ...