1. AHORA SE QUE ES LO QUE QUIERE EL NEGRO


    Fecha: 16/10/2017, Categorías: Gays Autor: EROFANTASIES, Fuente: SexoSinTabues

    ... admirando como ese trozo de carne crecía ante mis ojos. Sin poderse aguantar más me dijo: “venga, güerito, bájame el short y el calzón y sácamela ya”. Obediente, desabroche el cordón de su short, agarre su resorte y se lo baje hasta los tobillos. Me hinque frente a él y entre mi cara y su verga solo mediaba la delgada tela de su trusa color azul rey marca calvin klein, comencé a lamérsela con todo y calzón y mi saliva empezó a mojar la tela y que esta se pegara más a su miembro y se hiciera más transparente dejando advertir todos sus bordes y venosidades. El tamaño era enorme y completamente suculenta pero para ese momento su calzón ya me estorbaba. Le pedí que se recostara en la cama, se tomó su vino y lo hizo de buena gana. Tan pronto lo tuve en la cama frente a mí. Me dispuse a tenerlo todo desnudo y lo primero que efectué fue quitarle su calzón. Debo reconocer que me costó trabajo liberar semejante equipo porque su miembro se atoraba con su resorte y por un momento, calculé que iba a necesitar las dos manos para masturbarle, y le moví la verga tímidamente cuando todavía no salía de mi asombro al verla en vivo y a todo color, pero él no tardó en apartarme de mi intento de masturbarlo y me dijo: “no me defraudes, güerito, la verdad se ve que te encanta y tienes unos labios que prometen”, “no me masturbes mejor mamela” y la verdad sí que se me hacía agua a la boca, su pito era grueso lleno de venosidades y mostraba como 7.5 pulgadas de largo estando casi completamente ...
    ... erecto. Me acerque abrí la boca todo lo que pude y me introduje aquella exagerada porción de carne hasta la garganta. Pero antes, me había recreado unos segundos observándola con gula y deseo, como quien le echa un vistazo a un gran chocolate antes de darse un atracón. Era un gran músculo vivo, semi erguido y fibroso, de una longitud y un grosor considerables. No podía creerme que pudiera existir una verga de ese tamaño o al menos no me había encontrado con una. Pero era real, la tenía ante mis ojos y si no quería pasar por bobo, debía reaccionar y disponerme a tragármela. La empuñé con las dos manos, cerré los ojos y agaché el cabeza, decidido a metérmela hasta la tráquea. La succioné ávidamente, todavía asombrado de sus insuperables dimensiones, y él se aprovechó de mi ansia mal disimulada para susurrarme: “¿te gusta, verdad, güerito?... pues atibórrate, no te quedes con ganas”. Lo empiezo a mamar y apenas cabía en mi boca, me dijo: “mama papito y sácame la leche y trágatelo todo.” Y así lo hice, se la mamé sin descanso hasta preguntarme qué iba a pasar cuando se corriera. El por su parte no dejaba de musitarme entre jadeos: “joder... la chupas de puta madre, güerito... vaya que eres vicioso...” A esas alturas, yo ya estaba muy pero muy excitado. Lamía su miembro sin parar, hambriento, como un degenerado, sin sacarlo nunca completamente de la boca, sin soltarlo ni un momento, moviendo la lengua afanosamente, estimulado por sus comentarios incesantes: “sigue a este ritmo, ...