En la oficina
Fecha: 12/12/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... lenguas empezaron a juguetear mientras ella me acariciaba todo mi torso. Yo empecé a subirle el jersey hasta quitárselo. Y allí estaban esos dos maravillosos pechos al descubierto, tenia los pezones duros como una piedra. No dudé y empecé a besarlos y a mordisquearlos entre mis dientes. Ella hacia pequeños gemidos. Sofía me fue acercando lentamente hacia la mesa y me dijo que me sentara. Y así lo hice, me senté y empezó a besar mis pezones, que también se pusieron duros, mientras con las manos me tocaba mi paquete, que empezó a crecer al notar sus suaves manos rozando el pantalón. Desabrochó el cinturón y la cremallera y me bajó los pantalones hasta las rodillas y empezó a juguetear con mis calzoncillos, que pensaba que se iban a romper dentro de poco, por lo dura que ya la tenía. La empezó a acariciar y fue deslizando su lengua desde mis pezones hasta el ombligo, besándolo con dulzura y después continuó bajando y besó las ingles. , sin dejar mi dura y tiesa polla de entre sus manos. Empezó a besar y lamer los huevos con mucha suavidad, y de esa sensación y en la situación que estábamos hice un gemido de placer, que la puso más cachonda porque empezó a chuparmela con fervor. Me masturbaba mientras con la lengua recorría toda la polla y introduciéndosela toda en su boca, notándola entrar en su boca, con la lengua jugueteaba con mi frenillo. Sin que ella parara de chupar, me bajé de la mesa y me quité los pantalones y los calzoncillos, le dije que se sentara en mi silla que ...
... ahora quería probar su dulce postre. Ella me miró y con una risita picarona me dijo que dulce ahora no lo tenia, que estaba empapado. Bueno, le contesté, también me gusta lo salado. Lo tendré que probar. Me agaché, subiéndole la falda y dejándole al descubierto ese pequeño tanga blanco que llevaba puesto. Le empecé a besar los muslos y con la mano comprobé que efectivamente tenia todo el tanga empapado. Le separé el tanga y deje al descubierto todo aquel húmedo sexo, y lo empecé a lamer con suavidad, lo quería saborear todo. Empecé a juguetear con mi lengua y su clítoris y ella no paraba de moverse, gemía de placer y me acariciaba mi cabeza, haciéndola prisionera de su cueva, sin dejarla escapar. Cada vez se movía con más fuerza y sus gemidos eran más fuertes. En medio de un gemido me dijo: Y así lo hice, le metí toda mi lengua dentro de su cueva, y todos sus jugos se escapaban hacia mi boca. No dejé de follarla con mi lengua, me apretaba con fuerza la cabeza hacia dentro para que entrara más, mientras ella se acariciaba los pechos y se endurecía los pezones. Sofía me levantó y me empezó a besar por toda la boca, y empezó a chupar todos los restos de jugos que tenia en los labios, mordisqueandolos. Cuando acabó la levanté y la llevé hasta la mesa y la senté, le separé las piernas y le fui introduciendo poco a poco todo mi sexo. Quería que notara como entraba poco a poco, cuando entró toda empecé a penetrarla poco a poco con ritmo rápido y suave, podía notar como su cueva se ...