Amatista -6
Fecha: 13/12/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos
... intento por reterla en la boca -. Flor mira como babea, no solo por la boca. Deberías estar aquí para limpiarle con la lengua, desde la boquita de la cara a la boquita del capullo. Segura que se la pondrías dura otra vez. Y tendrías que aliviarlo, ¿no te parece? - mi respuesta es "siii Señora -. Pero ésta polla es solo para mi. No sé si eres digna de ella, de que sea vea tratada con una putilla. ¿Qué opinas tu? - Señora, si merezco algo tan solo es lo que desee Usted darme el privilegio de merecer. - Parece que lo tienes ensayado, flor. Ganso babea, resbalando ya su leche por la barbilla, aculimándose lo suficiente como para empezar a gotear en las tetillas, en los pezones y continuar deslizándose hacia la barriga desnuda, dejando unos hilillos de humedad, de sumisión que va impregnando cada poro entregado al dominio de mi Ama. - Vamos ganso, espárcela por toda la piel, hidrátala con la suavidad de tus manos que también me pertenecen, como cada milímetro de tu piel, casa suspiro, pensamiento, idea, razonamiento. Todo tu ser -. Con la mano abierta, dedos juntos, empieza a repartirla por el pecho, embadurnando cada rincón, subiéndola constantemente por las nuevas gotas que caen, bajando hasta la barriga, en círculos amplios para no dejar nada sin haberlo mojado con su hidratante leche. En un instante retira la vara de su boca, cogiéndola por uno de los extremos secos, da cinco azotes secos en el pecho de ganso, cruzándolo horizontalmente, haciendo que ganso intente erguirse en ...
... su posición de rodillas para soportarlos mejor, baja hasta la barriga y da otros cinco azotes dejando una líneas rectas cruzando ya el tronco e inclinándose un poco, le azota las ingles "piernas abiertas", cinco en cada una. Se oye los suspiros de ganso al recibir cinco en cada una de ellas, soportando el dulce castigo (o premio) con la devoción que se merece mi Ama. - Ya has visto bastante flor. Deja Su imagen a oscuras, mientras se oye nuevos goles acompañados de gemidos-. Flor, muéstrame tu pollita, sin retirarte de la mesa. Capullito fuera, expuesto - lo muestro ante la cam, bajando el móvil debajo del tablero de la mesa -. ¡Pero si estás duro!. Coge el otro cordón, dale una vuelta al capullito, apretadita, y átala tensa al tirador del cajón superior, vamos -. La vuelta está dada al capullito, tensado el cordón, doy dos vueltas al tirador, dejando el cordón tensamente atado, la pollita bien sujeta, con la imposibilidad ya de ningún movimiento, por pequeño que sea, o eso pensaba. - Cierra el cajón con llave y retira la mesa. Vamos a ver si podemos alargar un poquito el tallo de mi flor, jeje -. Con la idea de que no voy a ser capaz de mover la silla un milímetro, empujo con los pies, la punta de los dedos hacia atrás, notando todo el sexo, los huevecillos estirados, presionados por las ataduras que los mantiene sujetos al asiento, la pollita horizontal, intentando sacar unos milímetros de alargamiento, gesto compungido, ardiendo por las sensaciones de dolor, de grato dolor ...