Dulce y amarga amistad (08)
Fecha: 16/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... tamaño me gustaban, el olor que despedía resultaba el perfume perfecto para excitarme hasta el punto de tirar jugos por mi verga sin parar. Resultaba más gustoso y apetecible y su sabor enloquecedor. Esa era la verga soñada por mi aunque no podía tragarla entera, con el tiempo lo conseguiría. Sentía arcadas algunas veces y Demian atento la retiraba de mi boca. Me permitió disfrutar de su polla largos minutos que resultaban cortos para mi necesidad de recuperar lo que tanto había ansiado, y cambió de actividad. -Voy a preparar tu culito, quiero que goces desde el principio. –Me pidió una crema de la que ya disponía y utilizaba con Alfonso comencé a ver las estrellas cuando su boca atrapó todo mi ano, las estrellas de una noche maravillosa de verano que te extasía hasta perderte en su belleza. Abría mis nalgas con fuerza para meter la barbilla acariciando con ella, raspando hasta sentir el culo latir por su fuerza, y luego la ensalivada lengua aliviadora de roces y torturas, me sentía deseando comer algo por el culo y lo primero fue su lengua, caliente y en punta que empujaba hasta vencer mi resistencia. Me hacía gemir, suspirar y pedirle más, otras veces que se detuviera, cuando me retorcía las manos y agarrotaba los pies para soportar el placer fecundo que me daba. Demian era mi hombre que sabía tratar mi culo y hacerme llegar al éxtasis del gozo. Estuvo bastante tiempo hasta que le escuche decir que estaba preparado para recibirlo, después de gozar de sus folladas de ...
... lengua, de dedos. -Ahora viene lo mejor pequeño, chúpamela un poco para que termine de ponerse tiesa. –Solamente tuve que masturbarla dos veces y rodear su jugoso glande, apretando el frenillo entre los labios para que se pusiera dura y cimbreante. Me colocó de espaldas sobre el colchón, de igual manera que yo colocaba a Alfonso para penetrarle y que me decía que era la mejor postura. Demian dirigía el acto, yo solo obedecía sus indicaciones o ligeros toques que interpretaba. Había disfrutado de sus dedos pero su verga resultaba un obús de otro calibre. Apretaba pero no terminaba de entrar y se apoyó sobre mí para besarme la boca. -Relájate precioso, no pasa nada, y ábrete más las piernas. –Recogí las piernas para sujetar los tobillos, me abría de par en par todo lo que podía, jugué abriendo y cerrando el culito para distenderle y sonreí a Demian que tenía más miedo que yo mismo. Mordí mi labio para aguantar la presión de la cabeza queriendo entrar y mi culito se abrió al placer al que ya nunca renunciaría. Todo fue fácil después de que el glande se afincara dentro del recto, justito en su temblorosa y expectante puerta, y no había vuelta atrás, ninguno de los dos lo quería y yo aguantaba su empuje mientras se esforzaba en vencer las últimas resistencia de mi ya desvirgado culo. Había dejado de ser virgen y se lo había entregado a mi hombre que amaba, a partir de ahora mi supremo macho. Descansó unos minutos jadeante sobre mí. -Ya está, ¿qué te parece? -¡Joder Demian! Estoy lleno, ...