Mi enamoramiento
Fecha: 17/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Me llamo Ángel, soy un chico, de 1.60 m. de estatura, 60 Kg., moreno, cabello negro y quebrado, ojos cafés, a mis 18 años dejaba la secundaria para incorporarme al siguiente nivel escolar, recuerdo con claridad el primer día de clases al bachillerato, todo marchaba tranquilo aparentemente, aunque me sentía como un completo extraño en un mundo diferente.En ese momento me encontraba con mi amigo y compañero Pedro, estábamos hablando de las materias que llevaríamos durante el ciclo escolar, cuando de pronto veo a lo lejos un chico de otro grupo, no se por qué, pero en ese momento sentí algo diferente al verlo. Me parecía un chico poco común, sobresalía entre todos los demás y me llamó mucho la atención, conforme se acercaba a nosotros me temblaba todo el cuerpo de emoción que nunca antes había sentido, me sentí nervioso e intenté relajarme cambiando de tema con mi amigo.Tal vez me impresionó su cuerpo perfecto, su carita de ángel, sus músculos bien definidos que la playera no podía esconder y sobre todo a aquel gran bulto de su entrepierna que su pantalón ceñido al cuerpo no podía contener, aquellas nalgas voluptuosas únicas e inigualables, aquellas piernas grandes y perfectas, su estatura era como de 1.80 m. y pesaba unos 75 kg., moreno claro, cabello corto y negro, ojos color miel; después me entere que tenia 20 años, era un espécimen único e irresistible, las chicas lo devoraban con su mirada y yo también.El me regaló una mirada simpática y una leve sonrisa al pasar junto a ...
... mí. Más tarde supe que era su último año en la escuela y venía de un pueblito de la sierra. El se llamaba Raúl, desde ese momento descubrí algo nuevo dentro de mí, algo que intenté ocultar en el lugar más profundo de mi ser y de mi alma donde nadie mas lo pudiera hallar, pero para mi era evidente, no tan solo me gustaban las chicas, sino también los chicos y él particularmente, era algo nuevo para mí, que desconocía y me hacia sentir diferente.De un día a otro mi gusto por Raúl había crecido tanto que me masturbaba pensando y soñando despierto con él, en como se sentiría estar en esos brazos maravillosos, besarnos y aún más, ser su esclavo sexual y entregarle mi cuerpo completamente para disfrutarme como le provocase; en cada oportunidad que tenia no dudaba de observarlo, en desearlo, no me cansaba de admirar tanta belleza en un ser tan divino como él, soñaba que esos labios carnosos y jugosos me besaban ardientemente, soñaba que algún día pudiera mirarlo directamente a sus dulces ojos y decirle lo que sentía; cuando se iba a jugar fútbol no me perdía sus partidos, solo asistía para verlo jugar a él y siempre disfrutaba de una erección que tenia que ocultar.Nunca me atreví ni siquiera a dirigirle la palabra, me conformaba con que me regalara siempre que me veía, una dulce sonrisa angelical, también tuve cuidado de que mis amigos no se dieran cuenta de lo que yo sentía por él, temía que algún día descubrieran que me gustaba aquel chico, y más aún, que supieran que por lo tanto ...