Me gusta más que me toquen otros
Fecha: 04/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... de su pequeña hermana- dime Diego ¿así cómo? -Así- me señaló con un gesto de cabeza- ya sabes...-era un niño, le avergonzaba decirlo. -Desnuda, Diego, la palabra es desnuda. -...ya lo sabía pero me da corte- se sumergió para que no viera como se había puesto colorado, aproveché y me acerqué a él. -Has crecido mucho Dieguito, seguro que ya tienes novia. -No todavía no... -No, con lo guapo que eres seguro que muchas chicas quieren ser tu novia.- me apoyé sobre sus hombros y extendí mi cuerpo hacia atrás dejando que el sol viera mis nalgas- ¿no te lo ha pedido ninguna chica del cole, Diego? -No,...-titubeó- bueno una vez Carol, la de la segunda fila, me dio un beso en el recreo cuando marqué un gol, a mí me dio vergüenza pero nada más. -¿Sólo te besó? -Sí -¿Dónde? ¿Aquí?- y le besé sensual la mejilla. Tardó en responder -No- me miró y se llevó los dedos a los labios- aquí -¿Y fue así?- me acerqué y besé sus labios, deslicé la lengua sobre ellos y se la metí en la boca, apreté y empecé a moverla muy sensual y juguetona, él no sabía que hacer- mueve la lengua, Diego, intenta enredarla con la mía- y seguí pegándole el lote. Él se animó y sin dejar de mover los pies y los brazos para no hundirse, absorbía mi lengua y se dejaba enseñar- -¿Te habían dado alguna vez un beso así, primo, con lengua? -No- susurró -Entonces tampoco habrás visto nunca una mujer desnuda- -No, bueno a mamá a veces y en las revistas pero de verdad no. - ¿Quieres mirarme, Dieguito?- y sin que me respondiera ...
... volví a hacer el cristo sacando todo mi cuerpo a la superficie del agua para que mi pobre primito viera a la primera mujer desnuda de su vida de verdad. Me miró de arriba abajo, no sonreía, su expresión era una mueca de sorpresa, agradecimiento y vergüenza, me recorría palmo a palmo con los ojos, vi que se detenía a mirarme los pechos con los pezones tiesos por el contacto del agua y la excitación que me daba mi primo al mirarme. Siguió mirando mi vientre y cuando llegó al vello de mi entrepierna miró de reojo, suspiró y me miró a la cara sin decir nada. Me moví en horizontal hacia él, pasé una pierna por encima de su cabeza y lo dejé entre mis piernas, de frente a mi conejito que ya estaba húmedo y salado, no precisamente por el mar. "¿Lo ves bien ahí Diego?" y se lo acerqué más a la cara "¿esto tampoco lo habías visto nunca verdad?, negó con la cabeza, sudaba y respiraba tan rápido que su aliento me llegaba al choco, "seguro que te gustaría tocarlo, venga hombre, aprovecha", e inocentemente, con miedo a que mis labios vaginales excitados y abiertos le succionaran las manos, acercó sus dedos y acarició suavemente, me estremecí a su contacto. En una película de esas pornos yo había visto como un hombre le tocaba a una mujer el chocho y después la hacía gemir dándole gusto con su picha y con los dedos, había visto un par de veces a mis padres en su dormitorio, una vez un chico del colegio un par de cursos mayor que yo que se sentaba conmigo en el autobús del cole, me dijo que si ...