Volver a salir con mi mejor amiga
Fecha: 20/12/2018,
Categorías:
Confesiones
Hetero
Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos
... perfecto estado. Siempre que la visitaba, me gustaba recordar el ritual de escuchar un disco de vinilo como en los viejos tiempos. Controlar el pulso al dejar caer la aguja, el silencio inicial, y esos chascarridos mientras suena la música, siempre me pareció algo excitante, sobre todo al notar los primeros acordes del disco de Madonna elegido, sonar por los altavoces. Estaba dispuesta a pasar el rato hasta que mi amiga saliese de la ducha. .-“¡¡Sabes que me apetece!!” escuché que gritaba mi amiga desde la ducha a través del sonido del agua. .-“no, dime!!” le respondí yo también a grito desde el salón. En ese momento escuché que se cerraba el grifo de la ducha y decidí acercarme al cuarto de baño para no tener que hablar con ella a grito pelado por toda la casa. La puerta del baño estaba abierta, observaba el cuerpo mojado de mi amiga a través de la mampara translúcida de la ducha, escurriendo el pelo con sus propias manos. Siempre había tenido cierta envidia de su cuerpo, su pelo era rubio natural y para colmo no necesitaba alisárselo, tenía mucho más pecho que yo, y siempre la veía más delgada, y eso, a pesar de venir usando ambas la misma talla desde adolescentes. .-“He oído que han abierto una nueva macrodiscoteca” me gritó desde la ducha sin percatarse aún de mi presencia. Fue al correr el cristal y tratar de alcanzar una toalla cuando se dio cuenta de mi imagen observándola apoyada en el marco de la puerta. Pude contemplarla completamente desnuda al apartar la mampara ...
... del baño. No pude evitar fijarme, porque me llamó la atención, en su pubis rasurado. Nada que ver con la fina tira de pelillos que decoran mi monte de Venus. “Un reguero de hormiguitas” como dice mi marido. Ella, al verme, pareció disfrutar exhibiéndose ante mí. Me restregaba una y otra vez su libertad sexual. Verónica siempre me recriminaba que mi marido fuese el único hombre con el que había estado en mi vida, siempre me decía que lo conocí demasiado joven. Me insistía en que debería haber conocido a otros chicos antes de salir con él, y que debía comparar. Siempre me replicaba que mejor tarde que nunca, y que así cómo podía estar segura de que era el hombre de mi vida y todas esas cosas. Aunque siempre se lo negaba, enrocada en mi roll de ama de casa y decente esposa, en el fondo pensaba que en parte tenía razón. En mis ratos de intimidad y soledad, me preguntaba algunas veces cómo serían otros hombres en la cama, cómo se moverían, cómo me mirarían, su olor, sus besos, su tamaño… y tantas y tantas dudas. Pero al final siempre tenía miedo a perder la estabilidad proporcionada por mi marido. .-“Pareces algo sudada, ¿Por qué no te das una ducha tu también?” me sugirió Verónica, mientras se secaba todavía delante de mí. La conozco bien, y sabía que se traía algo en la cabeza. A pesar de mis sospechas acepté su invitación. .-“Sabes, puede que tengas razón, hacía un calor horroroso cuando venía” dije pensando que me sentaría bien una ducha. Comencé a quitarme la ropa delante de ...