Mi hermosa tía
Fecha: 20/12/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... brazos arriba, el derecho lo había colocado sobre ésta, o sea, prácticamente le estaba dando la espalda a quien estuviera conmigo; yo estaba vestido únicamente con el calzoncillo y una camiseta de tirantes algo ajustada a mi torso. Fue cuando escuché detrás de mi oreja, casi tapada con mi brazo, la voz de mi deseada tía que pronunciaba mi nombre, como para asegurarse de esa otra forma de que estaba despierto, pero no dije nada y seguí tratando de despistarla, entonces ella repitió mi nombre más cerca aún de mi oído y con la voz más sutil que jamás había escuchado, o más bien, creo que las palabras que pronunciaba salían de su boca con cierto grado de deseo y excitación, y eso es algo que cualquiera pude percibir ya que la piel se enchina, como a mi me ocurrió, pues instantáneamente mi cuerpo reaccionó de la forma que me imagino ella esperaba, además el cabello se me encrespó un poco y por obvias razones supo que no había estado durmiendo, pues el cuerpo no reacciona de esa forma cuando se le despierta de la forma que sea, y por ello decidí contestar haciéndole al loco, como si me hubiese despertado, apenas consiguiendo emitir un pequeño sonido que en vez de parecer modorro era por la excitación que sentía. Le pregunté en ese instante que qué quería, y me dijo: Pero qué me estaba diciendo, pensé que se había tragado lo que por la mañana le dije sobre que lo que me pasaba era la resaca y la desvelada, pero ahora veía que no me había creído, y la verdad lo comprendí de ...
... inmediato, pues era imposible no darse cuenta de que algo malo me ocurría si durante toda la semana hice alarde de mi educación y caballerosidad hacia ella, le expresé tantas veces lo bella que era, la atendí como nunca ante había atendido a nadie, y obviamente para no delatarme, estúpidamente respondí: "Ambos", me quedé atónito, aunque era lógico, anoche el deseo que sentíamos el uno por el otro se percibía con el puro sudor, así que no me quedaba de otra más que enfrentarme a la realidad, y dije: Y claro, había estado en la misma posición, dándole la espalda, así que sólo me acomodé boca arriba y escuché atentamente lo que me decía. ¡Por Dios!, qué es lo que había escuchado, todo lo había preparado ella, ella era la culpable directa de mis sentimientos y mis deseos; quería hablar, quería decirle en ese momento que sí la había visto como tanto lo deseó, que había visto perfectamente bien como le colgaban sus chichotas y se movían de un lado a otro mientras caminaba por su habitación, que fue ella quien desde esa ocasión despertó en mí el deseo no sólo de coger con una mujer, sino de cogérmela a ella, a mi dulce y sexy tía, pero debía respetar el momento, ella seguía hablando y tenía que esperar un desenlace a todo esto, desenlace del cual nunca estuve seguro, pero casi apostaba que sabía cómo terminaría (deseando no equivocarme), teniendo el más rico y placentero sexo de mi vida. Ella continuó hablando: Dios santo, si alguien me hubiera afirmado que mi tía querría coger conmigo esa ...