Mi hermosa tía
Fecha: 20/12/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... qué más prueba quería, así que hice que ese tierno beso se convirtiera en apasionado, nuestras lenguas y labios entraron en acción, succionando y mordiendo con todo placer. Así estuvimos como tres minutos, cuando me separé de ella por un momento y la vi detenidamente, dándome cuenta de que llevaba puesto lo que días después supe que se llamaba Denier Baby Doll, una excelente, sensual y delicada prenda que creo muy pocas mujeres usan para estimular a sus hombres y disfrutar de una noche de placer, se trataba ni más ni menos que de un conjunto de tela muy delgada de dos piezas, en la parte inferior una en verdad diminuta tanga y en la superior un volado (bata corta) de tirantes angostos, bordado con encaje y sujetado únicamente entre los senos por un broche, era de color negro y, aunque semitransparente, la poca luz que había no me permitía ver mucho, pero se podían adivinar perfectamente unos grandes y duros pechos. Volví a besarla y mis manos recorrieron palmo a palmo su cuerpo, vibrando a cada momento y estremeciéndola. Aquel cuerpo delicioso me parecía lo más bello del mundo. Con la punta de mi lengua recorrí sus ricos labios, suavemente, pliegue a pliegue, luego mordí uno de ellos y lo chupe, para después morder los dos, ella me dejaba accionar como yo lo iba sintiendo, mientras que mi diestra se deslizó por debajo de su coqueto conjunto apoderándose de uno de sus bellos senos. No era la primera vez que mi mano acariciaba su pecho, pues como mencioné, años atrás tuve la ...
... oportunidad de tocarlos por sobre la ropa y de forma un tanto accidentada, pero esta vez lo estaba haciendo al natural, pues pude ahora sentir su calor y su tersura, conociendo la dureza del pezón, el cual apreté entre mis dedos, masajeándolo suavemente. Me levante y acomodé frente a ella, montándome sobre sus piernas, la tomé de los brazos y la jalé, quedando ella sentada, y en esa postura sutilmente la despojé de su sensual ropa, dejándola únicamente con su tanguita, siendo así como contemple por segunda vez, ahora más de cerca, pero a media luz, aquel par de hermosos pechos al natural, blancos, con pezones sonrosados, endurecidos y bien dibujados. Era increíble, me encontraba de rodillas frente a ella viéndola con atención, disfrutando de lo que observaba y pensando que ese sublime momento siempre lo había soñado; me agaché muy lentamente sin dejar de verla a los ojos, colocándome sobre ella, frente a su dulce rostro, cerré los ojos y la besé, mientras ella me tomaba del cabello y lo revolvía; fue el beso más hermoso que jamás me habían dado. Separamos nuestras bocas y, sin dejar ella de frotar mi cabello, bajé despacio hasta colocarme frente a sus tetas, que en ese momento colgaban hacia los costados por lo grandes, y con los labios sujete uno de sus endurecidos pezones, lo chupe, lo mordí, trate de tragar todo lo que pude de aquel pecho maravilloso, mientras que con una mano acariciaba su otro seno. Quería devorarla completa, era la hembra que más deseaba y no quería ...