Perversión de una embarazada fumadora
Fecha: 23/12/2018,
Categorías:
BDSM
Fetichismo
Autor: Lucyfer, Fuente: CuentoRelatos
... ganaba con hacerle sentir la indignación que inspiraba. No lo sé, el caso que hubo quien pareció no sentirse cómodo ya con aquello y varias personas más salieron de la casa para dirigirse ya al pub, quedando allí tan sólo seis de los que originalmente estábamos, las dos chicas (Miryam y la otra fumadora perversa) y cuatro varones, además de Miguel y su chica, que andaban por ahí cambiándose y haciendo cosas todavía. Le echó varias veces más el humo a la cara, reaccionando ella de la misma manera riendo ambas en algunas de éstas. De vez en cuando me miraba mientras daba otra calada y expiraba ella misma. ¡Resultaba arrebatadora cuando lo hacía elevando la mirada hacia el techo, deleitándose en la sensación que el humo dejaba en su garganta al pasar por ella camino del exterior! -Anda, pregúntame. -Que te pregunte… ¿qué? -Por mi vicio, ¿por qué va a ser? Estás rumiándolo desde hace rato. La miré pensativo por un momento. -Está bien: ¿no te importa perjudicar al niño fumando? -No. Fue una respuesta directa, sincera. Sin más explicaciones. Buscaba la provocación, disfrutaba en ella como Lucifer entre las llamas del Averno. -¿Has pensado alguna vez en dejarlo por él? -Ni por un instante. ¡Aquella mujer me llevaba al límite de la excitación con su perversidad! -En realidad fumo más ahora que antes. Siempre he fumado mucho, desde los trece años, como te dije, pero mucho más durante mis dos embarazos. Quedé estupefacto. Y ella lo sabía. Era precisamente el efecto que pretendía. No ...
... dejaba de fumar mientras hablábamos, por supuesto. Ni tampoco la otra, que seguía expulsando una y otra vez el humo en dirección a su cara ante el evidente agrado de ella. -¿Puedo preguntar por qué? -Claro que puedes. Hice un gesto quedando en espera. -¿Por qué? -Por varios motivos. Por ejemplo, porque ahora tengo que fumar por dos. -El hijo de puta que lleva dentro se queda la mitad de la nicotina para él. Provocó el comentario las risas de las dos mujeres además de la del comentarista. También los otros dos rieron. Quizá no tan divertidos, pero en cualquier caso no desagradados. Había ya bastante alcohol en el organismo de todos los que allí estábamos, ahora también en el mío. Los efectos comenzaban a dejarse notar, el tema a írsenos de las manos –al menos eso hubiera pensado con mi criterio anterior a esa noche-. -¿Permites que hablen así de tu hijo? -¡Ey! –protestó el rubiales graciosamente-, que yo no he dicho nada malo del crío. He dicho que su madre es una puta, pero de él nada. Y además no he dicho ninguna mentira. Miryan es el mayor putón que vas a encontrar al oeste de Rumanía. Ahora sí reímos todos con ganas, incluido yo. -¿Qué pasa con el este? –entré en la guasa. -¿Qué se yo? Cualquiera sabe al este del oeste. Risas. -Y también es verdad lo de que es un gorrón –añadió ella-. En parte es culpa suya que fume más, por quitarme parte de la nicotina que le meto al cuerpo. -¡Ja, ja, ja! –reí ya más cómodo y desinhibido en el tema. -Dicen que fumando durante el embarazo ...