SEXO CON MI SUEGRA
Fecha: 18/10/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Sexo Duro
Autor: yepe, Fuente: xHamster
... un poco la cara hacia la escalera, alcanzando a ver perfectamente el pubis y el bajo vientre de mi suegra, que se ofrecían sin problema a mis ojos gracias a la holgura del conjunto del camisón y la bata. Confirmé la depilación del coño…¡madre mía!...- Charly, sujeta fuerte que voy a ver si alcanzo hasta el marco…Adelantó un pie hasta un pequeño saliente que formaba la cornisa, para de esta manera tratar de llegar a la esquina superior del marco del mosaico. Quedó en una difícil postura, con un pie en el peldaño de la escalera y el otro apoyado en aquel resalte. Con ello, las piernas estaban forzadamente más abiertas…y la visión desde abajo se convirtió en algo realmente sublime…En el movimiento de separar las piernas, me fue visible, entre la apretura de sus nalgas, el pequeño y fruncido agujero del ano. Y en la postura en la que quedó, el coño se abrió más, ofreciéndose a mi vista en todo su esplendor, mostrando claramente unos gruesos y voluptuosos labios vaginales, entre los que tímidamente asomaban también los labios menores, apretaditos uno contra otro, insinuantes y deliciosos. Los minutos que llevaba contemplando aquello habían sido suficientes para que mi pene, inevitablemente, fuese poniéndose morcillón. Y ahora, con la amplia y total visón del culo y coño que se estaba ofreciendo a mis sentidos, la erección era ya espectacular. Estaba totalmente empalmado. Mi polla se levantaba enhiesta bajo la suave seda del pantalón de pijama. De repente, mi suegra volvió su ...
... cara hacia abajo…- Madre mía, Charly...perdona porque se me debe estar viendo el culo desde ahí...lo siento...no mires por favor…ya termino…Me azoré al darme cuenta de que ella me había visto mirándola. Yo no sabía que decir. La postura que tenía mi suegra, con un pie en la escalera y el otro en el saliente de la cornisa, no le permitía cerrar las piernas ni remeterse la bata por debajo. Me dijo eso y siguió frotando el marco para terminar su tarea. Volví a bajar la vista y balbucí…- Tranquila, mujer...no pasa nada...no me pidas perdón que no me m*****a…Y sin saber porqué, añadí- … todo lo contrario…Nada más haber dicho esto, me arrepentí…¿cómo se me había ocurrido pronunciar esas palabras…?...Siguieron unos largos segundos de silencio, solo roto por el murmullo del aire en los pinos y el chirrido del trapo frotado contra el marco de los azulejos.- ¿Por qué me has dicho eso…?Mi suegra había reaccionado a mi último comentario y con esa pregunta me exteriorizaba su sorpresa por habérmelo escuchado…Y, de nuevo sin saber por qué, solté otra chifladura de la que me volví a arrepentir en el mismo momento en el que las palabras salieron de mi boca…- Mujer, porque lo que se ve no es nada desagradable…Me di cuenta de que me había pasado varios pueblos. Estaba seguro de que mi suegra se iba a sorprender todavía más. Teníamos confianza, pero el tema del sexo era el tradicional tabú en el trato con una señora de corte muy clásico en su formación y en su comportamiento e ideas. No recuerdo ...