1. La Historia de Lena (Parte 2)


    Fecha: 30/12/2018, Categorías: Humor sexual Sexo con Maduras Tabú Autor: juanmanueltercero, Fuente: xHamster

    ... que le entra…El sube y baja de ella en semejante falo, es copiado por mis de dedos que se introducen en mi raja… en ese momento estoy encuclillada… me muevo en vaivén y pretendo reproducir la delicia que mi madre debe sentir en su vagina…Cuando mi madre descansa del sube y baja, mi padre la toma de su cintura y puya con fuerza y velocidad, realmente la taladra… oigo los gemidos de ella…Al rato ella se endereza e inicia la cabalgata final… sube y baja con frenesí… lleva al máximo sus movimientos… él participa en eso y los dos se lanzan hacia la cúspide de la excitación… sus cuerpos se tensan, los dos resoplan y en medio de espasmos, alcanzan su placer completo…Lo último que vi de ese paternal coito me hizo delirar y para siempre se grabó en mi memoria…Ella, imagino que para complacerme, se inclina de nuevo sobre él, el divino agujero rebosaba de fluidos, la verga aun dura, es como un enorme tapón… ella, siempre inclinada, poco a poco de desensarta, veo la gloria, cuando sale la cabeza y toda la punta, aquel enorme palo se cimbra y queda oscilando… escurriéndole semen y fluidos vaginales…Mis dedos terminan su trabajo y tengo un riquísimo orgasmo, imaginando que entro a ese cuarto, que me siento en esa divina verga, y así mojada y dura, penetra hasta lo más profundo de mi hambriento culo, de mis entrañas y de mi vida misma…Tal como les mencioné, hasta ahí llegué por esa ruta… la dueña del mástil paterno nunca permitió más avances ni disfrutes.Cuando cumplí 16 años se repitió ...
    ... la escena de los 14 en la que pedí o casi exigí mi desvirgue anal, ahora el desvirgue vaginal…Definitivamente mi vagina estaba urgida de un buen palo masculino. Ya era justo que esa cálida parte de mi humanidad se sintiera llena y mojada por ese cilindro de carne que les cuelga a los hombres y que a mí me hace tan feliz…Para mi fortuna yo tenía dos de esos a mi disposición…¡Ah! pero no hay que despreciar las dos acompañantes eternas del pene: testículos, cojones, huevos, bolas o como quieran llamarles, la verdad es que me fascina sobar esas bolas carnosas, me excita lo rugoso de la bolsa, me es particularmente agradable sopesarlas con mis manos… entre más grandes y más pesadas, más rico… ¡Y no digamos chuparlas!... y no importa si son peludas o pelonas… de todos modos me parecen un manjar de dioses… definitivamente adoro los huevos de los hombres, me pongo media loca cuando se les marcan en la ropa… Se me hace agua la boca y por allá abajo también se acrecientan las humedades…Ya se imaginan cuánto he disfrutado a mis hermanos…De los cojones de esos chicos me gusta el olor, la textura, el peso y el sabor que tienen… esas cuatro divinas pelotas y yo somos grandes amigas, conocen bien las caricias, sobadas, jalones, besos, chupones y ensalivadas que les brindo cada vez que puedo…Me divierto de lo lindo cuando de contrabando les agarro los huevos y no pueden hacer nada, porque son lugares públicos o en la casa cuando están presentes nuestros padres y aprovecho que ellos no se dan ...
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