1. Madre ayudando a su hijo


    Fecha: 04/01/2019, Categorías: Incesto Autor: aviacion, Fuente: CuentoRelatos

    ... ser más bien el shock y, por supuesto, la edad. Por mi parte poco a poco iba encontrando la normalidad en mi vida. Poco a poco iba incorporándome a mi estado anterior. Empecé a echar de menos a mi marido por las noches, o quizás debiera decir que empezaba a tener necesidad de sexo. Siempre había sido una mujer con unas necesidades sexuales muy marcadas. Siempre había estado satisfecha, porque siempre había tenido a mi marido al lado. Con el paso de los años comencé a aficionarme a la lectura de relatos eróticos. En ellos encontraba mi válvula de escape y me ayudaban a masturbarme, leyendo algunas historias realmente excitantes, emocionante. Descubrí entonces esta página y me gustaban especialmente los relatos de amor entre madre e hijo. Leyendo algunos de ellos, en más de una ocasión, mis bragas se mojaban de tal manera que no podía terminar de leer la narración y mientras lo hacía bajaba mi mano hasta mi chocho húmedo y caliente ya, proporcionándome una placer a mí misma indescriptible. En una ocasión estaba tan ensimismada con la lectura, estaba tan caliente, que tenía mi mano dentro de mi pantalón de pijama. Mi dedo corazón masajeaba mi clítoris, a la vez que leía, me pajeaba y gemía intentando no hacer mucho ruido, sabiendo que Paco estaba en casa, estudiando en su habitación. De repente, la puerta de la habitación donde me encontraba, se abrió. Me sobresalté al sentirme pillada en plena paja, a punto de llegar al orgasmo. Intenté recomponerme en la silla lo más ...
    ... rápidamente que pude y minimizar la pantalla del ordenador. Paco se quedó mirándome. Sorprendido. -Qué haces mamá? -Nada estaba echando un vistazo a internet- -Te pasa algo, estás bien?- No, no lo estaba. Estaba con una calentura del quince. A punto de correrme. Mi voz temblaba por la excitación. Mis pezones se marcaban de forma descarada en la camiseta de pijama. Paco se dio cuenta. Miró mis pechos. No les quitaba vista. -Perdona, mamá, si te he interrumpido algo importante- -No han interrumpido nada, Paco- -Perdóname, de todas maneras- Cuando Paco se fue del cuarto, no pude volver a la lectura. Me temblaban las piernas. Podía retomar mi placer solitario pero no allí. Al rato salí, me dirigí al cuarto de baño. Pasé por delante de la habitación de mi hijo. La puerta no estaba cerrada, si no entornada. Me asomé a ver que hacía. Le ví encima de la cama. Tenía los pantalones bajados hasta las rodillas. Tenía su polla en la mano. Se la meneaba de forma violenta. Resoplaba con cada movimiento veloz de su mano. Mi hijo me había vista, no cabía duda. Habia visto mi mano dentro de mi pantalón. Había visto mis pezones duros y erectos. Se había excitado y se estaba pajeando, como yo hace unos momentos. Su meneo violento se convirtió de pronto en golpes rítmicos y secos. Se iba a correr. Su cuerpo se convulsionaba. Y un borbotón de leche salió cuando su boca pronunciaba “mamá, mamá, mamá”. Se había corrido pensando en mí, me había dedicado su leche. Esto junto con mi estado anterior, ...