1. Visitas inesperadas - Partes 1 y 2


    Fecha: 06/01/2019, Categorías: Incesto Voyerismo Autor: Eltodasmiasreal, Fuente: CuentoRelatos

    ... matices blancos, los cuales realzaban las espectaculares y hermosas piernas que poseía, sin duda mi atributo favorito. ¡Se veía espectacular! ¡Con mucha clase! ¡Tan bella y deseable! Una vez adentro me saludó rápidamente con un beso a un lado de mis labios y me dijo: - Amorcito, por favor ayúdame a cargar las compras Acto seguido, salí por las bolsas, pero mi madre y primo venían llegando. Al verlos acercándose, ¡quedé impresionado! Ellos estaban abrazados y triunfantes como si hubieran corrido un maratón. Por un lado, mi primo llevaba un short y sport a juego muy holgados, y mi madre por primera vez una blusa deportiva negra delgada y muy corta que dejaba al descubierto su hermoso abdomen al desnudo y lograba destacar sus ¡impresiones pechos! Tan grandes y firmes, cubiertos sólo por aquella fina tela, la cual tras empaparse con mucho sudor, dejaba apreciar la forma y volumen de éstas. En lo que respecta a sus piernas, llevaba una calza blanca impresionante, demasiado pegada a su cuerpo, tan ceñido a su piel que las ligeras contracciones de los músculos de sus muslos se veían. Por mi parte me sorprendí muchísimo! Pues mi madre nunca había usado ropa deportiva tan liviana, tan provocativa y moderna. Por lo que supuse inmediatamente que aquel conjunto le pertenecía a mi tía. No obstante y a pesar de ser mi madre tan amada, no pude despegar mis ojos de sus dos grandes y firmes montañas de carne, ya que éstas al parecer no llevaban sujetador, por lo que el movimiento de aquel ...
    ... par era demasiado agitado y llamativo. En cuanto llegaron, mi primo sudoroso y con mal olor me ayudó a cargar las bolsas restantes (eran bastantes) y aunque me saludó, yo lo ignoré, pues estaba enfadado. Ya que por un lado, la única manera de que mi madre haya aceptado vestirse así fue probablemente por influencia de aquel pervertido; y por el otro, me mosqueaba mucho imaginarme a mi madre corriendo con aquel conjunto tan ceñido a su cuerpo, provocando con ello un espectáculo digno de recordar no sólo a los viejos pervertidos, ¡sino también a mi primo! Por otro lado, mi estado de ánimo pasó completamente desapercibido por mi madre, quien sólo se limitó a moverme la mano y sonreír mientras entraba a la casa. Acción que debo admitir me causó cierto dolor. Ya que antes de la llegada de estas visitas inesperadas no dudaba en abrazarme y llenarme de besos cada que tenía oportunidad. Cuando me giré con rencor a verla ¡me quedé helado! puesto que su calza tan pegada resaltaba su trasero tan ¡benditamente perfecto!, tan grande y carnoso, levantado y ejercitado, ¡pero eso no era todo! ¡NO! La tela de aquella prenda estaba muy desgastada, tan delgada que en cualquier momento podría romperse y para variar con una línea de sudor que recorría toda su raja -¡Hermanita pero qué sorpresa! Veo que te pusiste mis calzas y blusa. Pero no te preocupes a mí me encanta compartir, además se te ve impresionante aquel conjunto. - ¿eso crees? Pues me lo puse ¡por consejo de tu hijo! Además, así la ...
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