El tutor Sr. López
Fecha: 06/01/2019,
Categorías:
Dominación
Autor: Juanspanker, Fuente: CuentoRelatos
... tenía intención alguna de contarle nada de eso a su marido. Eso hubiera sido contra producente para su negocio como profesor de disciplina, o simplemente su ego como spanker. El se ganaba un buen dinero encargándose de la disciplina de esposas, esas mujeres que causaban problemas a sus maridos, y que estos tenían claro que la disciplina encauzaría a sus esposas al ser más cautelosas. Pero que habrían reaccionado violentamente, de saber aquella minucia de la excitación sexual al recibir una azotaina. Si, jamás autorizarían que un hombre les pusiera a sus esposas sobre las rodillas y les calentase el trasero a base de bien. Si llegase a su conocimiento tal razón de ser, su negocio decaería de manera obvia. (Sr. López)-. Y ahora vete aquel rincón, medita bien lo que ha ocurrido, la azotaina que acabas de recibir, y piensa que le vas a decir a tu marido cuando salgas de este despacho. Tienes el trasero encantador así de colorado, pero aún no he hecho más que empezar contigo. Te quiero ver cara a la pared, con la falda levantada tal como te la he dejado yo, pobre de tú trasero como te la bajes y para tu vergüenza mantén las braguitas en las rodillas. Y ni se te ocurra despegar la nariz de la pared. Enseguida vuelvo, para darte tu merecido castigo, esto solamente ha sido por tu falta de obediencia. Tu castigo aún no ha comenzado. Ahora voy a realizar unas llamadas privadas, en unos minutos volveré a terminar contigo, vas a lamentar haberte comportado tan mal con tu marido y tus ...
... hijos… Se dirigió hacia la puerta del fondo del despacho, una puerta situada justo detrás de su mesa. En ese momento Laura estaba en el rincón del despacho, un rincón poco ortodoxo, pues no era como podría ser cualquier rincón, en este despacho destacaban sobre la estancia, ya que eran hexagonales su seis rinconeras, pues en ambos costados de la estancia en el centro, en uno había una chimenea con su fuego encendido saltando chispas, como las chispas imaginarias que debían saltar en el trasero colorado de Laura. En el otro extremo, destacaba un saliente o pilar del edificio, aunque en este caso era un armario empotrado de las mismas medidas que la chimenea, lo que hacia la estancia ser más acogedora. Los rincones eran de apenas sesenta centímetros, lo cual el cuerpo de Laura quedaba como incrustado en él, por lo cual, era de imaginar que aquellos hexagonales rincones en algunas ocasiones eran ocupados por varias chicas. El hecho de ser un armario hacia que cualquiera imaginase que debería ser un mueble bar, pues era el único armario en el despacho, y único mueble aparte de la mesa de despacho y el sillón así como dos sillas situadas oblicuas ante la mesa, supuestamente para visitantes, destacando una silla algo más alta, justo en el centro de la estancia quedando como un pequeño oasis. Las paredes estaban adornadas con unas de placas de madera de roble encajadas unas con otras de formas diferentes, con molduras que resaltaban sobre ellas, barnizadas con un barniz oscuro, excepto ...