Para que sientas lo que yo
Fecha: 14/01/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... de nuestra luna de miel tuve que invertir para contentarla y convencerla de volver a coger, aunque nunca por el culo. Ya recostados uno junto al otro, me reclamó mi intentona de culearla y me dijo: "si tanto te gusta coger por atrás, por qué no te buscas un puto". Y ya no se habló más del asunto. Así vivimos un par de años, hasta que una noche que llegué a eso de la una de la mañana, con algunas copas de más y ella me esperaba, como cada noche, con unas ganas locas de cogerme y gozar. Algo tenía ella esa noche o algo traía yo, pero el disfrute de nuestros sexos se dio fuera de lo normal, ella gritaba como loca en cada orgasmo que le llegaba y yo sentía que mi verga estaba más grande y dura que nunca. Para que entiendan lo que ocurría, si antes de esa noche ella jamás aceptó tragarse mi leche, aunque sí me masturbaba con su boca y recibía el semen en sus pechos, esta vez no dejó escapar una sola gota de mis líquidos. Se los bebió todos y sin hacer gestos de asco o cosa por el estilo. "Ahora es cuando", me dije y comencé de nuevo a acariciarla, al tiempo que mi verga comenzaba otra vez a ponerse dura. Esta nueva relación duraba ya más de media hora, cuando la vuelvo a tener empinada, con ese rico culito mirándome, como diciendo "a que no me clavas" y, me convenció. Le saque mi falo de su vagina y, sin avisar, ni prepararla, le dejé ir por el culo las 8.5 pulgadas de mi verga, hasta que las bolas que me cuelgan rebotaron en su vagina. Obvio es decir el dolor que le causé y ...
... los gritos que pegó. Yo creo que fueron escuchados por todos los vecinos del edificio de apartamentos en que hemos vivido siempre. De cualquier modo, pese a sus gritos porque me saliera de su culo, no paré hasta que le llené ese negro agujero con mi leche. Los golpes que después me dio con pies y manos y cuanto objeto encontró a su alcance, no me quitaron la satisfacción de haberme cumplido el caprichito que había nacido en mí desde que la conocí. Pero ella, muy ladina y bastante ofendida por el ataque, me preparó una sorpresa, la cual jamás me imaginé. Pasaron unos días en que batallé para que volviera conmigo a la cama, pues desde esa noche había optado por dormir en la otra habitación. Y fue hasta que, otra noche, habiendo más bebidas de lo normal, llegué a la casa, sin sospechar lo que me esperaba. Ella, recostada, veía un programa en la televisión y no me regateó una sola de mis caricias, indicación de que volveríamos a nuestra vida sexual anterior de aquella violada. Así las cosas, me levantó, me desnudé completamente y entré al baño a lavarme la boca. Cuando vuelvo a la habitación, la encuentro con el teléfono en las manos, hablando con su hermano. No le creí y le pedí la bocina, solo para confirmar que era Alonso, su hermano mayor, un sujeto con fama de cabrón, muy alto, quien solo me contestó con un "que tengas buenas noches". Colgué el aparato y me entregué de lleno a mi mujercita, a la que estuve clavando mi estaca por más de media hora, hasta que, de improviso, la ...