Nina Cap. IX - Relatos Eróticos

Nina Cap. IX

... con nosotras, pidiendo una botella de wiski comenzó su conquista haciéndonos toda clase de preguntas, pero ninguna se atrevía decirle que éramos putas y que cobrábamos por nuestros servicios, el momento llego y me pare enfrente de él y le hice una pregunta, ¿puede usted ver cómo estamos vestidas y creo que se imagina lo que somos? lo que queda pendiente es cuanto, el viejito se metió la mano al bolcillo y saco tres billetes de cien dólares y los puso sobre la mesa, todas pensamos que era cien por cada una, y él dijo, no más por tu amiga, esto lo que le doy y punto, era muchísimo más de lo que habíamos pensado y le dije, ok. está bien pero hay una condición que tenemos que estar juntas y hacen falta dos más hombres, dejando el dinero se levantó y salió diciéndonos, no se muevan, nos miramos una a la otra con cara de que fácil fue esto y no habían pasado más de diez minutos cuando el regresaba con dos hombres de más o menos su misma edad a lo cual me puse un poco nerviosa, se sentaron en la mesa y discutimos los pro y contras del negocio llegando a un acuerdo que nos quedaríamos con ellos toda la tarde y la noche siempre y cuando ellos pagaran por todo y que serían mil quinientos de anticipo y mil al terminar, sin más sacaron el dinero y lo entregaron, seguimos sentados tomando y cada una con su viejito, ya cuando la botella estaba por terminar los hombre estaban bien entonados por el wiski y nos estaban tocando portadas parte al punto que otro hombres en el bar pasaban y ...

... hacían comentarios como que cuando termináramos con ellos nos pasáramos a la otra mesa con ellos, la atención que teníamos era excelente y me gustaba mucho, Mark que era el que estaba con migo comenzó a tocarme las piernas disimuladamente bajo la mesa y poco a poco su mano subía más y más a mi pierna interior a lo que yo respondí abriéndome lo suficiente para que el pudiera llegar a mi coño y tocármelo. La mini se había corrido hacia arriba dejándome casi totalmente desnuda a lo cual no le di mucha importancia porque eso habíamos llegado y así le gustaba a mi cliente, la posición era un poco incómoda para que el pudiera llegar a mi coño y me pidió que pusiera la silla de la do lo cual me dejaba en mucha desventaja porque con mis piernas abiertas todos los que estaban enfrente podían ver con claridad lo que estaba haciendo, pero la idea me gustó, me excitó poder ser una putita y que otros se excitaran con mis morbosidades así que me levante con mi falda corrida casi hasta la mitad de mi nalga enseñando todo mi coño y culito rápidamente le di vuelta a la silla y me senté nuevamente, viendo la expresión de las caras de todos los que pudieron verme, que excitación más grande.Mark, comenzó nuevamente a tocarme las piernas y yo sin ninguna pena abrí mis piernas hasta que tocaron los brazos de la silla y me recosté un poco en la misma para que mi coño quedara totalmente expuesto para mi cliente y los demás que se encontraban en el bar y quisieran verme como me metían los dedos en mi ...