1. Cerrando el círculo


    Fecha: 29/01/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: evamaniac, Fuente: RelatosEróticos

    ... la entrepierna de Mónica que, estirada en el sofá, con el vestido subido a la altura de los muslos, se incorporó repentinamente para preguntarnos qué estuvimos haciendo durante tanto rato. Sin mediar palabra me acerqué a ella y la volví a estirar como estaba, la besé en la boca de la misma forma que me había besado Akim hacía un momento, e insinué a Kike que continuara con su �trabajo�. Él me lo agradeció con una sonrisa y metió su mano dentro de las bragas de Mónica. Miento. Eran mis bragas. Ella volvió a relajarse y a suspirar de placer mientras su pareja parecía juguetear con su chochito. Desabroché los tirantes de su vestido y se lo extraje por la cabeza dejándola prácticamente desnuda. Le arrebaté el sujetador y Kike la sentó bien para abrir sus piernas y tener acceso a su conejito rosado, recién depilado, bajo la tela. La cara congestionada de Mónica era un poema. Jamás la había visto de esa guisa. Estaba preciosa. Kike le extrajo las bragas y comenzó a pajearla con dos de sus dedos en gancho. El contraste del tipo trajeado, de rodillas, frente a la nena portando solo unas medias, y siendo poseída digitalmente con fruición, me excitó soberanamente. Le pedí a Akim que se acercara a nosotros y me puse de cuclillas frente a él para extraer del pantalón su miembro morcillón que, entre mis manos, se endureció repentinamente para apuntar directo a mi boca hambrienta. Me aseguré de que Mónica tuviera una buena perspectiva de esa mamada, pero me temo que estaba totalmente ...
    ... entregada a la complacencia que le ofrecía su pajeador. Kike consiguió muy pronto que ella se corriera en su mano. Nos hicimos eco de ello al oír los gemidos finales que delataban su orgasmo. Tengo que insistir: estaba preciosa tan saturada de regocijo. Kike la levantó por el brazo y la estiró sobre una pequeña mesa en el centro de la sala. Se abrió la bragueta del pantalón Armani y se sacó un pedazo de pollón que ella apenas tuvo tiempo de apreciar porque, tal y como le levantó las piernas la poseyó hasta el fondo de una sola embestida, lenta pero sin pausa. Era brutal escuchar a Mónica emitir un largo gemido de recreo a medida que el tronco de Kike iba entrando en lo más profundo de su ser. Akim y yo nos acercamos a la pareja y nos quedamos contemplando la follada mientras su sólida verga permanecía en mi mano masturbadora. Me puse a mil, ahí de pie, observando como una espectadora más la función de mi amiga disfrutando así de lo que, para ella era, por fin, una buena copulada. Disfruté muchísimo ese momento, un regocijo que transmití perfectamente a Akim a través de mi mano, que no dejaba de acariciar ese taladro de color bronce. Kike tenía ya toda la areola de su bragueta Armani manchada con los líquidos de Mónica que, al menos la oí correrse un par de veces más desde que la estuviera fornicando sobre la mesita de cortesía. Algunas veces la embestía cuatro o cinco veces muy rápidamente y luego aflojaba la marcha sistemáticamente. Otras, solo introducía el glande ubicándolo ...
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