1. HISTORIAS DE LA OFICINA


    Fecha: 30/01/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sujetado de mis muñecas y alguien me agarró del pelo y manejaba mi cabeza como a un títere y dirigía mi cara al encuentro de aquellas vergas enormes y sedientas de sexo hasta que una entró en mi boca junto con gemidos de placer y palabras sucias que me susurraban. El dueño de la verga que estaba chupando dijo: esta putita no es la primera vez que recibe verga ¿es verdad, no? yo no podía decir nada con la boca llena de verga... ¿es verdad? te preguntó, contestá!!! dijo otro gritándome casi pegado a mi cara. Yo no pude menos que confesar que era cierto que ya me habían cogido varias veces, varios hombres... Después de eso se fueron turnando en meterme sus pijas en mi boca para que se las chupara. Yo sentía aquellos pedazos entrarme y sentía sus olores, olores a transpiración, su gusto salado, su olor a machos, a machos jóvenes con su presa sexual acorralada, disfrutaban de eso de tenerme dominado y yo debo decir que poco a poco también comenzaba a disfrutar y gozar el haber sido dominado de esa forma. Me hicieron poner en cuatro patas y el primero que se puso detrás para ...
    ... cogerme, apoyó la cabeza de su pija en mi culo y empujó a la vez que otro hacía lo mismo con su verga en mi boca para ahogar el grito que inevitablemente saldría de mi boca. Así estuvieron turnándose para cogerme mientras uno o dos, me cogían por la boca y el cuarto me refregaba su verga por la espalda o hacía que lo pajeara con mi mano o me daba nalgadas para deleite de sus compañeros que se reían y festejaban. Luego de una hora y pico...largo... que me estuvieron cogiendo, me obligaron a ponerme de rodillas y uno a uno se fueron acabando sobre mi, en mi cara, mi cuello, mi pecho y tuve que volver a chuparlas para limpiárselas. Yo estaba exhausto y quedé tirado en el piso cubierto de su leche por lo que se fueron a bañar mientras charlaban de la putita como si yo no estuviera presente; y por último pude hacerlo yo. Luego me felicitaron porque me había comportado como una muy buena putita y así comenzaron a llamarme y a tratarme salvo que ya no me daban trabajos pesados para hacer pero obvio, al final del día en el vestuario debía satisfacerlos sexualmente a todos, ese era mi deber. 
«12»