Esclavo de mis empleadas Parte 1
Fecha: 06/02/2019,
Categorías:
BDSM
Fetichismo
Autor: Fet1sh, Fuente: xHamster
Mi nombre es Juan, tengo 30 años, soy de mediana estatura y delgado. También soy el dueño de una de las sedes de la empresa de textiles de mis padres. La historia comienza hace cuatro años, es decir, cuando tenía 26. Mis padres se habían mudado a otra ciudad a crear la nueva sede de la empresa ya hace poco más de dos meses. Yo vivía sólo con mis tres empleadas. No era de muchos amigo, sí salía con mis compañeros a beber algo o cosas así, pero no tenía un verdadero amigo, ni novia. Retomando el tema de mis empleadas, eran tres: la cocinera, esbelta, de buen cuerpo, rubia, de tez blanca casi dorada, se ponía el uniforme a medias, con el delantal y el gorro, pero con unos jeans y unos tacones de plataforma negros; la del aseo, venía de Cuba, era morena, de facciones un poco más fuertes, algo corpulenta, aunque de buen cuerpo, no utilizaba uniforme, sólo usaba una camiseta y una sudadera, casi siempre andaba despelucada y descalza, nunca le critique eso porque creo que cada uno tiene su estilo y si ella se siente cómoda trabajando así, pues que lo haga; la niñera, era también rubia, aunque de tez más clara que la cocinera, se vestía parecido a la del aseo, ella cuidaba a mi sobrino, de 6 meses. Hablaban y secretaban entre ellas, eran algo arrogantes y perezosas, pero al fin y al cabo, trabajaban lo necesario. Muchos meses transcurrieron con normalidad, pero fui notando con el paso del tiempo que algo estaba pasando. Y sí, algo estaba pasando. Un sábado, desperté en un hotel, ...
... seguramente cinco estrellas y en las afueras de la ciudad, esposado a una pata de la cama. Intente safarme, pero me fue imposible, y en el intento, me tope con una nota que decía lo siguiente: “ Te preguntarás porque estás en un hotel esposado a una cama. Bueno, la verdad es que nuestro sueldo es muy bajo y el trato que recibimos no es digno, así que durante semanas planeamos una venganza. Ayer tu mismo firmaste un documento, ni siquiera te fijaste en él, debe ser por tanto trabajo, el documento esclarece que tu cedes el 50% de la empresa a tus empleadas. No lo hemos hecho oficial aún. Cuando lleguemos te explicaremos que tienes que hacer. Atentamente, tus empleadas” Pasaron unos minutos, en los que yo leía y releía de nota, me di cuenta que el hotel era probablemente el mejor en las afueras, y que había reserva en la habitación incluidos desayuno, almuerzo y cena por un mes (en la mesa de noche a mi lado estaba el papeleo). De repente, oí una puerta abriéndose y las voces de mis empleadas. Las oí por un rato en el que no habían entrado al cuarto donde me encontraba yo. Estaban comiendo o algo así. Cuando entraron lo primero que hice fue gritarles y cuestionarlas, “¿Qué están haciendo? ¿Con quien creen que se están metiendo? Las puedo demandar, ¡lo haré!” La cocinera se acercó y me propinó un golpe muy fuerte en la cabeza, quede aturdido. “Si nos vuelves a hablar así, mandaremos el documento, lo juro” Me calle por un rato, pero ahora en vez de gritarles, me lamentaba y les ...