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Mi sobrina universitaria
Fecha: 06/02/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Richard45, Fuente: CuentoRelatos
María vivía en un pueblo pequeño, en el que todo el mundo se conoce y nunca pasa nada interesante. Cuando cumplió 18 años y tuvo que elegir Universidad en la que estudiar se vino a Madrid. Mi cuñada (la esposa de mi hermano) me había pedido el favor de que se quedara en mi piso conmigo un par de semanas, hasta que arreglaran los papeles de su residencia de estudiante. A mí no me había quedado más remedio que aceptar. Hacía dos años que me había divorciado y supuse que no me vendría mal algo de compañía. A María hacía cerca de 10 años que no la veía. La recordaba una niña de piel clarita, pelirroja (ya que su madre es irlandesa y tiene rasgos extranjeros) y de ojos azules. Cuando fui a buscarla al aeropuerto no la reconocí. Tenía ante mí a una “adolescente” muy desarrollada. Era bajita y de caderas anchas, tenía unos senos demasiado grandes para su edad. El pelo lo seguía teniendo pelirrojo y ondulado, además tenía unas pocas pecas que no recordaba que tuviese. Tuvimos que pasar una hora en el aeropuerto porque la compañía de vuelo había extraviado su equipaje y nos pusimos al día el uno al otro. -Bueno María, ¿qué tal todo? ¿Nerviosa por empezar en la Universidad? -Sí, la verdad… Estoy bastante nerviosa… La notaba muy tímida. Cuando me hablaba apenas me miraba a la cara y solía ponerse roja con facilidad. Me parecía muy raro ya que las chicas guapas como ellas suelen tener más confianza en sí mismas. -Tranquila, ya verás que todo va a ir bien. La etapa en la Universidad es ...
... algo que nunca se olvida.- Le dije para tranquilizarla. -Eso espero.- Dijo algo más animada. Cuando llegamos a mi piso ya había oscurecido. No habíamos podido recuperar el equipaje de María y se le notaba triste por ello, así que decidí intentar animarla y pedí unas pizzas. Cuando terminamos de cenar María ya no parecía tan tímida como en el aeropuerto. Le ofrecí un pijama mío para que se duchara y entró a la ducha. Yo entré a mi otro baño para ducharme. En el baño no pude evitar pensar en lo bien desarrollada que estaba mi sobrina y tuve que lidiar con una erección de esas que no bajan. Me di asco a mi mismo por pensar en mi sobrina de esa forma, pero soy un hombre y no pude evitarlo. Ducha fría y solucionado. Cuando salí de la ducha María aún no había salido, así que me senté en el sillón y puse la tele. Estaban poniendo una película mala, no recuerdo cuál era. Al rato María salió de la ducha y maldito el día en el que perdió las maletas y tuve que dejarle mi pijama… Llevaba puesta sólo la parte superior del pijama, que le quedaba largo, y unas braguitas lilas que apenas se le veían debido a lo largo del pijama. -¿No te gustó el pantalón de pijama que te dejé?- Le pregunté bromeando. -Me quedaba muy largo, era ridículo. -Bueno… ¿Quieres ver la tele? -Claro.- Dijo alegremente y se sentó a mi lado. La tenía sentada a mi lado y podía notar su olor de mujer. La miré de reojo y maldición… Se le veía mucho escote debido a sus grandes tetas y a que mi pijama le quedaba largo… Estaba ...