1. Con un compañero de trabajo de mi madre


    Fecha: 07/02/2019, Categorías: Gays Autor: alejandro.cardona000, Fuente: SexoSinTabues

    Es la primera vez que publico un relato en ésta página, y la verdad estoy muy emocionado de compartir con ustedes muchas experiencias reales que me han sucedido. Una de ellas es como fui iniciando en el sexo gay. Desde muy pequeño me di cuenta que me atraían mucho los hombres, me gustaban aquellos que eran muy masculinos, con cuerpos grandes y velludos, sobre todo los maduros. Me gustaba ver cuando se sentaban y mostraban esas piernas gruesas y se asomaban ese bulto sobre el pantalón ajustado. Me imaginaba de rodillas enfrente de esos bultos, tocándolos y ver cómo poco a poco iban creciendo, ver como las caras de esos maduros se iban transformando en placer y me pedían que siguiera tocándolos. Lo que no sabía es que un día iba a poder cumplir mi fantasía a los 15 años, con un hombre de 47. Todo sucedió cuando fui a visitar a mi madre al trabajo, era una empresa de transportes de mercancía. Mi padre me llevó por que nos íbamos a encontrar para luego ir a cenar en un restaurante. Mi padre y yo estábamos esperándola en la oficina mientras ella terminaba de hablar con un transportador. Inmediatamente me quedé mirándolo, era un hombre robusto, no muy alto, piel morena, con algo de barriga, velludo, cejas pobladas, ojos marrones, cabello corto algo canoso con entradas y tenía esa mirada morbosa que tanto me gusta en los hombres. Por lo que me entere escuchando el señor se llamaba Eduardo, al parecer era casado y tenía hijos, eso me llenó de morbo, no podía quitarle los ojos de su ...
    ... bulto; en ese momento mi madre terminó de hablar con Eduardo y se despidió de mi padre y de mí, y luego salimos de la oficina al restaurante. Esa fue la primera vez que lo vi y la primera vez que me masturbe pensando en él, cuando estaba en mi cuarto me imaginaba como Eduardo me manoseaba, me obligaba a mamarle toda la verga, en mi imaginación él me ponía en cuatro y hacía cuanto el pudiera con mi culo, sentía su sudor, su aliento en mi oído, sus gemidos, y me decía que sólo le pertenecía a él. Un día mis padres me dejaron solo en casa, mi madre me había dicho que unos transportistas de la empresa iban a dejar un paquete para ella, así que debía estar pendiente para recibirlo. Cuando me di cuenta Eduardo y otro chico más joven llegaron, tocaron a la puerta y los recibí. Preguntaron por mi madre y les dije que no se encontraba que podían darme el paquete, el chico más joven se fué al carro por la encomienda, mientras Eduardo se quedó hablando conmigo. Me preguntó si mantenía sólo en la casa, y con risa picara me decía que ojalá no estuviera haciendo maldades, a lo que yo respondí, -tendría todo el día para hacerlas pero no tengo con quien- Eduardo se quedó mirándome de arriba a abajo y me dijo - los chicos de hoy en día son muy traviesos-. Noté cómo me miraba mientras se iba devuelta al carro y yo cerraba la puerta de mi casa. Esa mirada morbosa que tanto disfruto. Al pasar unos días tuve que visitar a mi madre al trabajo, me invadía cierta exaltación ir, por obvias razones ...
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