Sex motel
Fecha: 08/02/2019,
Categorías:
BDSM
Masturbación
Autor: Lib99, Fuente: CuentoRelatos
... Ariadna le lamía y mordisqueaba el coño. Ésta, conociendo los gustos de su compañera, alternaba su lengua con pequeños mordiscos en la tierna carne de la vagina. Cuando mordió el clítoris Patricia se retorció de placer, de modo que sus dientes, amortiguados por la carne de sus labios, se cerraron sobre le fuste del pene, logrando que Ariadna gimiera de placer. Intuyendo la hermosa transexual que el sobrexcitado coño se aproximaba al orgasmo, lo golpeó con la palma de la mano. Patricia lanzó un pequeño grito, pero no soltó la polla, a la que siguió mamando. Ariadna continuó abofeteándole la entrepierna, elevando la ebullición de su contradictoria catarata de sensaciones hasta que la mujer se corrió. Fue un orgasmo sísmico, volcánico, telúrico. La descarga lanzó un chorro de jugo vaginal contra el rostro de Ariadna, empapándolo. –Sí –susurró jadeante–, eso es, preciosa, córrete para mí. Cuando las oleadas de placer cesaron y Patricia se relajó, Ariadna se apartó de encima de ella y se situó entre sus piernas. Acarició los muslos, los separó y aproximó su rostro al ano. Escupió en él y con los dedos lubricó a fondo el orificio. –¿Quieres que te folle? –Sí –le respondió mirándole fijamente a los ojos–. Métemela. Fóllame. Rómpeme el culo. Obediente, Ariadna situó la polla contra la entrada y empujó. El miembro entró despacio pero con facilidad. La excitación seguida del orgasmo había relajado el esfínter. Comenzó a follárselo empujando primero con suavidad y después con fuerza ...
... creciente. Cuando Patricia volvió a gemir alargó el brazo hasta su bolso, que descansaba sobre la mesita, buscó en su interior sin cesar de embestir y extrajo un consolador. Puso en marcha el vibrador y lo aplicó contra el clítoris, mientras que con la mano libre azotaba de nuevo sus tetas, multiplicando el placer que generaba la doble estimulación, anal y vaginal. Se aproximaba un nuevo orgasmo y Ariadna calculó el momento del clímax, modulando el movimiento de su polla dentro del estrecho orificio para sincronizar su propia corrida con la de Patricia. Estallaron al unísono, entre gritos, gemidos y jadeos. Después de las múltiples y fuertes embestidas, y de los movimientos acompasados para exprimir los últimos estertores de placer, ambas amantes quedaron tendidas sobre la cama, abrazadas, acariciándose en silencio, sonriendo y mirándose a los ojos. Sólo se escuchaba el sonido de sus profundas respiraciones. *** Estrujó la piel del prepucio para extraer las últimas gotas de semen. Era la segunda vez que se masturbaba mirando la grabación. En pantalla la mujer y la transexual, tras el pedazo de polvo que se habían marcado, se quedaban dormidas abrazadas. Cuando aceptó este trabajo como recepcionista en aquel motel de cuarta categoría pensó que iba a ser una mierda. Y acertó. Pero había visto una oportunidad y la había aprovechado. Fue una gran idea instalar las cámaras en las habitaciones. Le habían proporcionado unas cuantas corridas y comenzaban a convertirse en un verdadero ...