1. La tijera con el conejo de Alicia


    Fecha: 09/02/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... desnuda y acariciar tu piel, te deseo, preciosa. —Margarita, yo nunca he estado con otra chica, no creía que me gustaran las chicas siquiera... pero cuando me sorprendo mirándote el culo, dudo. —Alicia, podemos jugar a estar desnudas las dos y si no te apetece no nos tocamos; solo nos miramos, ¿vale? —Vale Margarita, yo también quiero verte desnuda, saber cómo es tu cuerpo. Me estas llevando al "otro lado" jaja. La llevé a mi piso compartido y, a petición mía, nos duchamos juntas en el baño, cerré la puerta porque estaba en el piso una de mis compis, Julia. Sin pedirle permiso a Alicia, besé su cogote peladito y le di un mordisquito... solo me dijo: —tontita que haces —. La enjaboné con mis manos, sin esponja, sintiendo su piel. Su chochito estaba muy poblado como una selva roja y llena de jabón; le pregunté: —Quieres que te afeite el chocho aquí en la bañera, se hacerlo muy bien, ¡anda déjame! —No sé, la última vez me corté, si prometes no cortarme te dejo. —Prometido Alicia. Cogí mi maquinilla íntima y, agarrando a Alicia por la cintura con mi mano izquierda, con la derecha comencé a "despoblar" el espeso vello de su pubis, con pasadas continuas, no dejando ni un pelo, ¡a ras de piel! Alicia había separado sus piernas para dejarme hacer y se mordía los labios excitada por mi tacto en su sexo... retorcí su sexo con mis dedos hasta conseguir llegar a todos los rincones de su chochito, no dejándole ni un solo atisbo de vello pelirrojo. Recogí del fondo de la bañera un puñado ...
    ... de pelos muy suaves, más suaves que los míos, los apreté en mi puño frente a su ruborizado rostro, como mostrándole que apretaba en mi puño parte de ella; después los tire al váter sin dejar de mirarla, diciéndole con esa acción que era mía. Después de tirar de la cisterna abrí la alcachofa del agua y nos enjuagamos las dos. Yo no me afeité, mi chocho lo tenía también rasurado, desde el día antes. Nos secamos, nos vestimos y nos encerramos en mi habitación, pasando junto a Julia en el pasillo, la cual miró a Alicia con desdén. Ya en mi habitación nos desnudamos otra vez; encendí la luz del techo y jugamos con los móviles a hacernos fotos en poses muy atrevidas, fotos que nos mandábamos al instante por wasap, conservo las suyas como un tesoro, ¿su cuerpo? Alicia es muy delgadita, sus caderas son pequeñas pero su pequeño culito es muy firme. Su piel es muy clarita pero no tan clarita o pecosa como la mía. Sus pechos son muy pequeños, pero con unos pezones como dados, gordos y duros, su rostro era tan tierno que le tuve que preguntar: —Aunque estás en mí mismo año de carrera, ¿seguro que no vas adelantada? —No Margarita, tengo más edad que tu; aunque parezco muy joven, tengo veinticuatro años, tu veintitrés, ¿verdad? —Sí, Alicia, es que pareces un pimpollo. ¿Puedo acariciarte un poco Alicia? —Te veo muy lanzada Margarita, pero yo no estoy segura de que quiera tener sexo con otra chica, lo de las fotos ha estado bien, también ver tu cuerpo rotundo, tus firmes caderas, tus grandes ...