La tijera con el conejo de Alicia
Fecha: 09/02/2019,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos
... pechos, tu cintura estrecha y ese coño que tienes, que parece un bollo de confitería, ¡es perfecto! No te digo que no me apetezca Margarita, lo que pasa es que no me siento lesbiana. —No tienes que sentir nada distinto a ti, solo dejarte llevar por lo que te guste en cada momento; si quieres que mantengamos en secreto nuestra atracción, no diré nada en la facultad, palabra. —Bueno, así si Margarita, ¡pero solo por probar un poco!, ¿vale? —Vale Alicia. Me puse detrás de ella, acaricié su culo con las dos manos, apretándole un cachete con cada mano (tenía el tatuaje de un escorpión en su cachete derecho) luego la agarré por la cintura, acercándome a ella y aplastando mi pubis contra su firme y pequeño culito. A la vez, bese su cogote desnudo de cabellos, su melenita estaba pelada en disminución como el cabello de un chico. Le mordí sus orejitas, olía a ternura y a limpieza. Me puse frente a ella y rocé con mis uñas esmaltadas su sexo desnudo y diminuto y, sin pedirle permiso, la besé en los labios. Alzó sus manos como para apartarme de ella, pero los detuvo en el aire como alas de paloma estática. Le dije: —Alicia, te quería preguntar, ¿has oído hablar alguna vez de "hacer la tijera" dos chicas?... no tienes curiosidad por saber qué se siente al aplastarse tu coño contra otro coño. ¿Hacemos la tijera las dos?, solo como un juego, no te vayas a creer, nuestro secreto, una experiencia íntima. —Desde luego Margarita que hoy me quieres volver del revés, ¿tú has hecho eso antes? ...
... —No, no lo he hecho nunca; he hecho cosas más fuertes, pero la tijera no; pero hoy quiero probar contigo. Será nuestro secreto. —Bueno Margarita, pero solo un ratito; que me da un no sé qué, ¿cómo me pongo?, ¿en qué postura?, ¡qué fuerte chica!, si lo supiera mi novio jaja, ¡o mis amigas! —Pero no lo sabrán. Alicia, recuéstate en la cama de costado, y alza una pierna. —Ok Margarita. Alicia estaba caliente como una perrita en celo empezando a experimentar. Al tumbarse de costado y alzar su pierna derecha dejó el chochito expuesto para que yo, tumbada en los pies de la cama, en postura horizontal, ascendiera por las sábanas hasta tocar sus pechitos con mi pierna derecha y su cogote con mi extremidad izquierda. Rastreé mi culo por la cama hasta sentir como mi gran bollo "atrapaba" como una medusa sedienta el pequeño y oscuro chocho de Alicia... unnnn su chocho estaba dentro del mío... alcé mi culo repetidas veces para restregarme contra su grieta, me dijo ella: —Margarita, me gusta mucho, de verdad, me siento querida y muy húmeda. Estábamos las dos empapadas, mis labios mayores se aplastaban contra su coño y contra sus muslos al moverme. Alicia se corrió como " un disparo húmedo" muy fuerte contra mi chocha abierta, ¡muy caliente!, ¡con mucho impulso!, me llegó dentro de mi vagina. Después y, sin pedirle permiso, me senté sobre su cara, apretando mi coño contra su boquita de piñón... pero antes de eso le dije: —Alicia, zorrita; me has puesto el coño perdido con tus fluidos, ahora, ...