El nalgoncito de 11 años que hizo viajar!
Fecha: 13/02/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Fravega, Fuente: SexoSinTabues
... nalguas de chico de 11 años. Me bajé de la cama, me arrodillé frente a su boca. Me enamoré de sus labios, eran carnosos y rosados. Acompañaban a su carita de nene, era precioso, así que le di, con mucho cuidado de no despertarlo, varios besos en esos preciosos labios. Y apoyé mi la cabeza de mi pene en esa boquita, y me comencé a masturbar. Me masturbaba de forma frenética, sintiendo la suavidad de su cara en la punta de mi verga. Era magistral! Y no pude evitar venirme en su rostro, lo salpiqué todo, la oreja izquierda, los ojos cerrados, la nariz, la boca, el cuello… No pude evitarlo, estaba muy frenético. Cuando terminé, decidí que no me iba a ir, sin antes mamar esa preciosa carnecita que no lograba ver por la posición en que estaba el chico, pues estaba acostado boca abajo. Con cuidado, intenté girarlo para ponerlo boca arriba, pero en cada movimiento, el niño, daba señales de estar por despertar. Decidí, entonces, voltearlo de un solo movimiento, y evitar que despertara. Pasé mi mano izquierda por debajo de su cintura, tocando su pubis que descansaba sobre el colchón de su cama. E hice lo mismo con mi mano derecha, pero en su pecho. Y de un sólo movimiento logré dejarlo boca arriba. Y pude verlo, era mágico. Me enamoré de su cuerpo, dejé pasar unos segundos asegurándome de que no se haya despertado. Mirando la hermosa imagen que tenía frente a mi. Ese niño de 11 años, de piel dorada, con un pubis pálido y lampiño, y un pedacito de carne que salía de esa zona, con unas ...
... bolitas arosantadas que todavía no se habían desarrollado. Era tierno y excitante, ver su cara angelical, todavía dormido, escuchando su respiración. Aproveché su sueño pesado, y con cuidado abrí sus piernas y me coloqué entre ellas, con mi cabeza a la altura de su verguita, todavía dormida. Todo me excitaba, no sólo su pubis suave, también sus piernas “rechonchas”, no tenía sobrepeso, pero todavía tenía el cuerpo de un niño con su característica suavidad. No dejé punto sin besar, me lo quería “comer a besos y lamidas”. Me encantaba el sabor, el olor… Viendo que seguía durmiendo, y escuchando que, su respiración, por momentos variaba su intensidad, pero que no cortaba el sueño. Decidí que era hora de meterme ese pedacito de pene en mi boca. Lo agarré con mi mano derecha, y comencé a estimularlo, veía como crecía de unos 9cm a unos 12cm. Todo un hermoso ejemplar de 11 de edad. Con mi mano izquierda no dejaba de manosear ese cuerpo. Lo recorría todo, su pecho, su abdomen, sus esponjosas piernas. Comencé besando sus preciosas bolitas, literalmente las mordía con mis labios, jugaba con ellas en mi boca. El sabor era maravilloso, sentía frescura, sentía su suavidad. Le bajé el prepucio a su penecito, y me metí esa cabecita rosada en la boca. Tenía un gusto suave, creo que sentía el aroma a su última pajita en la cocina, pero no puedo asegurarlo. Me metí todo su pene en la boca, su verguita estaba dura, apenas tocaba el final de mi lengua. Mi barbilla estaba en contacto directo con ...