La maestra de mi nieta
Fecha: 15/02/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Confesiones
Autor: orestes santoyo, Fuente: CuentoRelatos
... 18 señoras, yo fui tomando nota de cada una de ellas y sobre todo hice relación mental de las más buenotas, (pobre de mí, estaba sufriendo el calentón del día volteando a ver traseros y tetas de diferentes tamaños y formas) cuando toco mi turno aclare que era el abuelo Orestes y el nombre de mi nieta, obvie mi edad y sugerí que para la próxima usáramos un gafete con el nombre bromeando que para mí podría ser más difícil recordar los nombres de tantas bellas jóvenes por mi incipiente y probable Alzhéimer, todas rieron y empezamos las pláticas. Al término de la reunión, la maestra me agradeció la sugerencia y las bromas que había hecho cosa que a su juicio había permitido la pronta integración del grupo. Correspondí agradeciendo a ella la aceptación de mi presencia en una reunión de mujeres y sobre todo tan jóvenes. Por espacio de varios viernes, la integración del grupo era total y ahora platicaba dentro y fuera de la escuela con muchas de las madres, con todas bromeaba y jugueteaba, recordándoles que todas podían ser mis hijas pues al momento ellas tenían más edad que cualquiera de ellas, dos o tres de esas madres me preguntaron si en verdad le veía provecho a las pláticas y en un momento bromeando les dije que la beneficiada era mi mujer que me recibía muy amoroso las noches de los viernes, ya que yo me desquitaba de los calentones que me provocaba tan solo de mirarlas, una de ellas me pregunto si le podía yo decir cual me gustaba más y caballerosamente conteste que nunca ...
... sabrían cuál de ellas era la que más me gustaba, que mi experiencia hacia mi mirada inescrutable y que además era algo muy comprometido para ellas que eran casadas jóvenes y tal vez con maridos celosos. Como resultado de esa plática me entere que la maestra tenía un hijo y que era madre soltera y que algunas otras de las mamas estaban en las mismas condiciones. Al seguir pasando las semanas, la camaradería del grupo era notable, podíamos tocar todos los temas y casi ninguna madre se inhibía al momento de externar la opinión aun en temas donde alguna de ellas confesaran ignorancia. Y llegamos al tema de la educación sexual, obviamente, se nos dejó saber cuáles eran los puntos mínimos de información al respecto que señalaba el programa educativo y que la mayor parte del mismo se debía cubrir al interior de la familia y que en la escuela la maestra solo reforzaría si fuera necesario al detectar algún problema en el aula. Alguna de las madres confeso que había cosas y palabras que ella misma no conocía y que le daba pena confesarlo pero en su casa nunca le habían platicado nada de eso. La maestra apelando a mi experiencia profesional y de edad me pidió si podría yo preparar una plática al respecto y por mí mismo me sentí obligado de hacerlo y acepte. Para tal efecto le solicite a la maestra una reunión de los dos solos para que me indicara cuales eran los temas que podía tratar y con qué profundidad y amplitud debía yo hacerlo. Por los compromisos de ella en la escuela, me dijo que ...