1. Un día inesperado


    Fecha: 18/02/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... esto hizo que ella se mordiera el labio inferior, y siguiera mirándolo con descaro, y sobre todo ....con deseo. Él comenzó a acariciar sus piernas, sus manos se deslizaban arriba y abajo sin dejar de mirarla, ella cerró los ojos, y disfrutó del instante. Seguidamente él, sin avisar, se levantó, ella quedó sorprendida, ¿que iba a hacer? Le tomó la mano a ella y la encaminó a la trastienda. Ella le acompañó sin decir nada. Nada más entrar allí él la besó, y empezó a acariciar su cuerpo, ella le devolvió el beso, tomó su nuca y la encaminó hacia su pecho, él empezó a besar su escote, desabrochó su vestido y lo dejó caer al suelo. Ella con prisas y ansiosa desabrochó su camisa, y besó sus pezones, lamió su pecho, el cerró los ojos, mientras ponía sus manos en los pechos de ella, acariciándolos, dibujando su contorno., siguió desabrochando su hebilla y su pantalón, estaban los dos ansiosos por explorar el cuerpo del otro. Él terminó de desnudarla mientras seguía recorriendo su cuerpo con sus labios, suavemente, ella gemía, acto seguido se quitó él sus slíps. Por fin, la tenía allí, esperándole, y quería no tener prisa, disfrutar el momento, así que la tomó y la subió al mostrador, a lo largo, de manera que poniéndose él al extremo del mostrador tenía una vista increíble, todo su sexo estaba allí húmedo, fresco, esperándole. Abrió sus muslos con las manos y se sumergió allí, ella empezó a gemir fuerte, se retorcía, él lamía cada rincón, sus ingles, sus labios, su clítoris por ...
    ... fin, ella gimió aun más. Introdujo su dedo en su vagina, y empezó a moverlo, arriba, abajo, alternándolo con los círculos, mientras seguía lamiendo aquella maravilla, sabía a mujer, sabía a deseo, a entrega, él disfrutaba mirándola, se movía como una anguila, no podía estarse quieta, se acariciaba los pechos, se mordía el labio, y exclamaba.- Así, sigue, sigue, cómetelo todo, es tuyo, todo es para ti. De pronto tanto apretaba sus muslos contra su cara para notar que le tenía allí, lamiéndola toda, para saber que su cabeza estaba sumergida en ella, para rozar sus muslos contra las mejillas de él y seguir experimentando aquel maravilloso placer que él le estaba dando, como de repente abría totalmente sus piernas y las dejaba caer a cada lado del mostrador, con abandono, con entrega total, como una manera de decir.- ¡ Aquí me tienes, toda tuya, hasta que tu quieras, hártate, sáciate de mi. Empezó a convulsionarse, y a gemir, él siguió lamiendo su clítoris, al mismo tiempo q movía su dedo en el interior de su vagina, estaba mojada, muy mojada, y gemía cada vez con la respiración entrecortada, cuando empezó a notar esa ola, ese vértigo, notaba que el orgasmo había empezado, gritó más fuerte, se retorció, él la obligó a mantener las piernas abiertas, quería succionar aquella fuente q iba a manar, no quería perdérselo, quería saborearla bien. Ella siguió gimiendo con más fuerza y alcanzó el orgasmo, un orgasmo intenso, ella apretó la cabeza de él con sus manos, apretándola contra su ...