Pepe...
Fecha: 23/02/2019,
Categorías:
Gays
Primera Vez
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... ellas pásenlas a la finca. Ordenó a los demás que habían estado presentes.Se dio la vuelta y se dirigió a donde estaba yo todavía con la arma en la mano, sin enfundarla. Entró sin decir nada y yo detrás de él. Su escolta se quedó como siempre fuera de la habitación.Puso el arma en la mesita de noche, se tiró en la cama y yo me senté en el sofá sin decir una palabra, sin voltear a mirarlo siquiera.De reojo vi que estaba sucio, salpicado de la sangre del borrego.-¿Quiere que lo limpie, Pepe? Todavía no podía valerse él por sí mismo para todo, además para eso estaba yo ahí, para asistirlo.-A ver, bueno. Me contestó m*****o sólo para no dejarme con la palabra en la boca.Rápido preparé todo en el baño. Regresé para ayudarlo a que me acompañara. En el baño lo desvestí de pié y arrojé a la basura sus ropas después de haber depositado las pertenencias que traía consigo sobre una mesita. Temblaba yo por lo que acababa de suceder y a él parecía que no le importaba mucho. Le pedí que se recostara en la tina vacía de agua, solo con algunas toallas para que no sintiera lo frío del material. Encendí una varita aromática de incienso que había pedido me consiguiera a alguno de sus colaboradores junto con algunas otras cosas. Con extremo cuidado le lavé la sangre que tenía encima que en realidad no era mucha, vi como el hilo rojo se iba por el desagüe y sentí algo extraño, vinieron a mí memorias de mi encuentro tan arrebatador con el borrego, sentí extraño al ver parte de él desaparecer de ...
... esa manera.Le acerqué una copa de XO con hielos por si se le apetecía y dejé la botella a un lado, en seguida tomó la copa y me pidió otro trago.-Y tú sírvete otro, acompáñame.Me serví el mío y estrellé mi copa contra la de él al tiempo que buscaba algo en lo profundo de sus ojos, buscaba algún vestigio de su alma, pero fue en vano.Prendí un par de velas y apagué las luces intentando relajarlo. Con aceites aromáticos en mis manos le masajeé la parte de atrás del cuello suavemente en círculos, bajaba mis manos por los hombros para continuar rodeándolo a modo de seguir en sus pectorales. El lo disfrutaba sin oponer resistencia pues le hacía sentir yo el cariño que ya le tenía. Llené la tina una vez que estaba limpio de la sangre del borrego pues para ese entonces la herida ya había cerrado completamente.El ambiente logrado era apacible, lejos del que había dominado en la sala unos momentos antes. Aquí se respiraba tranquilidad.Sin decir ni preguntar yo nada, él sólo empezó a hablar para consigo mismo en voz alta al sentirse más cómodo, como justificándose.-¿Por qué este pendejo no supo reconocer el limite a nuestra amistad? Lo conocía yo desde hacía tiempo cuando don Juan nos crió y lo consideraba mi amigo. ¡Pero no, el pendejo tenía que pasarse de la raya, tenía que mandar todo a la puta madre!Era raro en él que empleara esos términos, siempre para conmigo había sido fino en sus modales y educado en su lenguaje.-Pero es que en este negocio no se permiten ciertas cosas y una de ...